La condenada le suministró somníferos al hombre durante tres días y lo asesinó.
Este miércoles, la Cámara Segunda del Crimen de Río Cuarto condenó a prisión perpetua a Maricel Angiolini, una mujer que mató a su amante en la localidad cordobesa de Arias en el año 2017. La víctima fue Juan Carlos Romero, un camionero de la ciudad santafesina de Casilda, con quien mantenía una relación amorosa extramatrimonial.
Angiolini se dedicaba al reparto de garrafas de gas en la ciudad. Antes de asesinar a su amante, lo había adormecido con sedantes los cuales le administró durante tres días seguidos. Una vez que lo adormeció, lo mató. La sentencia a prisión perpetua la dictaron con jurados populares por los delitos de privación ilegítima de la libertad y homicidio calificado por el vínculo.
El crimen habría iniciado el 25 de noviembre de 2017, cuando en una de las citas en la casa de la mujer en Arias, en el departamento cordobés de Marcos Juárez, ella habría comenzado a suministrarle somníferos a él, según la investigación judicial.
Entonces, la familia de Romero denunció su desaparición y comenzó la investigación que llevó a los efectivos hasta la casa de Angiolini. Una vez en el lugar, la Policía encontró el cuerpo del camionero dentro de un pozo de bombeo de agua.
Como la mujer pesa 45 kilos y mide 1,50 metros de altura, no se descartó que hayan otros implicados en el crimen. Sin embargo, la condena cayó solamente sobre ella porque no se pudo determinar si intervinieron otros participantes.
Cuatro meses antes del asesinato, en julio de 2017, Romero denunció ante sus amistades que Angiolini lo había retenido durante 15 o 20 días en la casa de ella. Para ello, la mujer le suministró sedantes en la bebida y sueros, según el expediente judicial.
Además, los testigos aseguraron que la mujer había contratado enfermeros para que le canalicen son sueros al hombre debido al cuadro de deshidratación que presentaba él. También había falsificado recetas médicas para comprar diversos sedantes.
Una vez que el Romero consiguió escapar, les comentó a sus amistades que no volvería a ver a su amante porque “estaba loca de celos y era extremadamente posesiva“. Sin embargo, regresó a la localidad de Arias, a la casa de Angiolini en lo que fue su último encuentro.