Investigadores de la Universidad de Harvard lograron examinar folículos que componen el pelo del cutis y vieron por qué se erizan.
El escalofrío o la piel de gallina es la sensación que tenemos de una leve electricidad que nos pone los pelos de punta. Esta es una reacción de la piel y de miles de diminutos músculos que se contraen y le dan a nuestro cutis esa apariencia.
Esta se activa en momentos muy distintos. Ya sea cosquillas, escuchar una canción, un sonido, o un recuerdo, esta sensación es familiar para todos. Pero más allá de esos estímulos, por mucho tiempo se creyó que era una respuesta evolutiva del cuerpo al clima frío. Como si de una especie de abrigo de emergencia corporal se tratara. Pero con el poco vello que tiene el hombre, no hay mucha utilidad en esta función.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard logró examinar la estructura de los folículos que componen el pelo. Con una precisión nunca alcanzada hasta ahora, parece que descubrieron una nueva función de la piel de gallina.
Las fibras del nervio y el músculo que hacen que el vello se erice, se colocan en espiral alrededor de los folículos. Estos son los responsables del crecimiento del pelo. Por lo tanto, la reacción estimula al crecimiento capilar.
“Es una respuesta doble: la piel de gallina es una respuesta que trata de proporcionar un alivio inmediato contra el frío, pero si el frío persiste, se convierte en un mecanismo que indica a las células que hay que regenerar el vello corporal”, explicó Yulia Shwartz, una de las autoras detrás del estudio. El mismo, fue publicado en una revista médica de reconocimiento internacional.