Ariel Máximo “Guille” Cantero, preso en la cárcel federal de Marcos Paz, recibió su sexta condena en cuatro años.
Fue sentenciado a 6 años y 8 meses de prisión por coaccionar con un llamado telefónico a un juez penal que le había denegado un traslado desde la cárcel de Rawson, donde estaba en 2016.
“Decile al juez que se meta el traslado donde ya sabe y que lo voy a matar”, le dijo a una practicante del juzgado que atendió el teléfono y mientras las cámaras del penal ubicado a 1.440 kilómetros al sur de Rosario lo filmaban.
Para el fiscal Fernando Dalmau esa intimidación significó traspasar una barrera y decantó, años después, en la saga de atentados a balazos a edificios y funcionarios del Poder Judicial.
El Juez Pablo Pinto condenó a Cantero a 6 años y 8 meses de prisión como autor de coacción agravada a un miembro del poder público.
Fue la sexta condena que recae sobre Cantero, de 32 años y ya sentenciado por liderar una organización criminal dedicada al rubro narco, la comisión de homicidios y negocios violentos. De confirmarse todas las penas que van de los 2 a los 22 años podría recibir una condena única a 50 años de cárcel, la más alta que acepta el Código Penal Argentino.