Hugo Fitta, un docente de la localidad Oliveros, en el sur de la provincia de Santa Fe, contó su experiencia en el procedimiento de donación.
Los centros de salud de todo el país han comenzado desde hace tiempo una iniciativa para que, quienes se hayan recuperado del coronavirus, se presenten como voluntarios para donar plasma luego de que se compruebe que esta extracción de la sangre provoca mejorías en quienes están cursando la enfermedad.
Uno de los voluntarios es Hugo Fitta, docente santafesino de la localidad de Oliveros, quien dialogó en Radio EME e indicó que “estoy muy bien físicamente y tratando de ayudar a quienes padecen esta enfermedad que uno que la pasó, la pasó mal“.
“Me contagié yendo a cuidar a mi mamá que estuvo internada en Rosario. La compañera de habitación de ella tenía Covid-19 y era asintomática. Luego, se contagiaron mi señora y mi hija“, indicó.
A su vez, Fitta explicó que “activé el 0-800 porque iba a cuidarla todas las noches. Quedé aislado y a las dos o tres días empecé a perder olfato, gusto y complicaciones respiratorias. Luego me internaron directamente, en terapia. Me entubaron 48 horas, me sacaron el respirador y luego lo tuvieron que volver a colocar. Estuve cinco días más entubado. Fueron once días en terapia, perdés todas las fuerzas”.
“Temí por mi vida, más aún cuando mi familia dio positivo por coronavirus. El miedo siempre estaba presente en todo momento“, sostuvo el docente.
Sobre la donación de plasma, Fitta dijo que “me lo ofrecieron y no dudé, en un espacio de 20 días la realicé en dos oportunidades y me siento bien al poder ayudar a gente que pasó por lo mismo que pasé yo“. “Traen la sangre desde un brazo, pasa por una maquina que separa el plasma y la sangre vuelve al brazo, son 25 minutos y no duele. Es sencillo y no tenes que hacer reposo. El que lo puede hacer, que lo haga, porque ayudamos a quienes lo precisan“, cerró.