¿Cómo se lo digo para que no se enoje, para que no se ofenda? Es la pregunta que nos hace dar vueltas cada vez que tenemos que llevar adelante una conversación. Allí aparece el miedo a las consecuencias de esa charla pero, afortunadamente, hay alternativas para alcanzar a emitir el mensaje que queremos.
El coach ontológico, Héctor Mantese nos indicó en un nuevo encuentro que “La emoción llega para aconsejarte algo, aparece para defendernos pero si se queda, se convierte en una pésima dueña” y si esa emoción está presente al momento de comunicar lo difícil, puede llegar a provocar miedo o generar una mala comunicación y el resultado no será otro que el enojo, el rechazo o la lesión a la otra parte.
Desde Aprednocoaching.com, Héctor manifiesta que “No existen conversaciones difíciles por sí mismas, sino que nos resultan difíciles a cada uno de nosotros”. Si nos resulta complicada quiere decir que está signada por una fuerte emoción. También destaca el coach que en el ámbito laboral es más fácil comunicar porque no entran en juego los sentimientos como sí ocurre en una relación afectiva.
Hay conversaciones de todo tipo y su resultado depende de cómo lo digas. Lo principal, aporta Héctor, es salirse de la emoción para resolver.
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