“Te juro que yo estoy acá con los pibes y no lo podemos creer. Estoy re shockeado, mal. Me quiero morir”, dice la voz de un joven que, en menos de dos minutos, intenta resumir lo que pasó en la madrugada del 18 de enero de este año frente al boliche Le Brique en la ciudad Villa Gesell, donde Fernando Báez Sosa, de 18 años, fue asesinado a golpes.
La voz corresponde a un joven identificado como “Juani Neme”, que integraba un chat grupal de WhatsApp junto a otros chicos y chicas, entre los cuales aparecen identificados “Aldi C.”, “Alejo A.” y “Dory”, quien sería novia de Juan Pedro Guarino, uno de los imputados. La fiscal Verónica Zamboni, entonces, decidió llamarlos a declarar como testigos vía videollamada durante este jueves, viernes y lunes de la semana que viene para conocer su versión sobre los hechos.
En ese grupo también estaba Máximo Thomsen, uno de los principales acusados por el crimen, que hoy está preso en la Alcaidía N°3 de Melchor Romero junto a otros siete de los acusados de homicidio agravado por alevosía, que enfrentan la posibilidad de ser condenados a prisión perpetua. Cuando “Juani Neme” envió el audio sobre la agresión que terminó con la vida de Fernando, Thomsen ya había dejado de contestar hacía rato.
Cerca de las 11 de la mañana, un numeroso grupo de efectivos de la Policía Bonaerense llegó al chalet que habían alquilado y se los llevó detenidos a él, a Ciro, Luciano y Lucas Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz, Juan Guarino y Alejo Milanesi (los últimos dos, señalados como partícipes necesarios, fueron luego excarcelados por orden del juez David Mancinelli).Para ese momento, ya durante el sábado por la tarde y de acuerdo a la información que encontraron en sus celulares los peritos de la Policía Federal, en el chat grupal se discutía sobre lo que había pasado y las distintas versiones y detalles del crimen que circulaban en noticieros y portales de noticias.
“Y nada, y un policía lo enganchó a Machu cuando se estaban cagando a palos ahí, y Machu salió corriendo, entró a la casa y supuestamente lo ficharon no sé si ese policía o por las cámaras, porque está lleno de cámaras ahí en el centro”, contaba “Neme”.
“Al otro día cae la cana, les revisaron toda la casa, me parece que encontraron porro, o sea peor. Y ahora supuestamente están detenidos, no sabemos nada”. Este grupo de amigos de los acusados contaban a sus allegados lo que sabían del crimen a través del propio Thomsen.
Ese testimonio se complementa con el resultado del estudio realizado por el Laboratorio Scopométrico de la Policía Federal en Mar del Plata, que determinó que la zapatilla de lona negra ensangrentada encontrada en la casa que alquilaron los rugbiers corresponde a Máximo Thomsen.
Este jueves por la mañana declararon ante la fiscal Zamboni “Juani Neme” y “Alejo A.”. Mañana hará lo propio la joven identificada como “Dory” y otros dos contactos que surgen del peritaje al celular de Blas Cinalli, “Jose Gordo” y “Santi M”, declararán el lunes de la semana próxima.
Ahora, a través de la División de Individualización Criminal de la Policía Federal, con la colaboración de la Unidad Criminalística de Alta Complejidad, se analizarán una docena de videos de esa madrugada registrados por las cámaras del municipio, por las de la disco “Le Brique”, junto a otras filmaciones hechas por testigos y las tres que fueron encontradas en el celular de Lucas Pertossi, particularmente una en la cual estaría registrado el momento en que Fernando es asesinado.