La Unión Europea decidió suspender las importaciones de cítricos provenientes de la Argentina por haber encontrado una enfermedad llamada mancha negra en la mercadería enviada desde Tucumán y Jujuy. La medida regirá hasta el 30 de abril de 2021 y se adoptó tras detectarse esta plaga que si bien no afecta a la fruta para el consumo humano sí lo hace en términos de estética.
Las primeras detecciones surgieron en los envíos del limones del noroeste y luego comenzaron en las naranjas de la misma zona, por eso se intentó “regionalizar” el problema y evitar que paguen inocentes por pecadores, pero eso no resultó y dejó en una situación desfavorable a la región del noreste y en particular a la provincia de Entre Ríos.
En el Viejo Continente, la Unión de Agricultores y Ganaderos, una organización agraria que tiene su base en Valencia, gran zona citrícola de España, buscó evitar que los barcos procedentes de Argentina puedan descargar mercadería y en un comunicado aseguró que “en España todavía existe volumen de naranjas para abastecer a los mercados”. En cuanto a lo económico, la importación de cítricos procedentes de Argentina totalizó en 2019 un volumen de 166.843 toneladas por un valor de 155 millones de euros.
Este año, con la pandemia, el consumo de naranja aumentó fuertemente y por ese motivo también se incrementaron los precios internacionales. En este contexto y teniendo en cuenta que los productos afectados por la prohibición representan el 99% de las importaciones que hace el bloque europeo era de esperar una medida proteccionista. Quizá sean estos datos los verdaderos motivos de la decisión tomada.
Diego Quiroga, director nacional de Protección Vegetal del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), confirmó que éste es “un año atípico, fuera de cualquier normalidad, por la cantidad de intercepciones de mancha negra que recibimos de la Unión Europea donde más del 60% fueron en España”.
El Senasa realizó negociaciones para que todos los países de Europa que van a recibir naranjas y mandarinas que están en viaje, lo hagan hasta el 5 de septiembre porque si bien la norma de suspensión tiene vigencia desde el del domingo 16 de agosto, los envíos por barco demoran varios días.
Hasta ahora se llevaban exportadas unas 129 mil toneladas de cítricos, que representan alrededor del 85% del total previsto. En cuanto a naranjas, se iban a exportar este año unas 40 mil toneladas (30 mil del NOA y 10 mil del NEA), pero con lo que está en viaje y lo que queda por certificar se terminará exportando la mitad. Nada mal con este panorama y más aún teniendo en cuenta que el resto de la fruta podría encontrar destino en Holanda o Rusia.
El ministro de la Producción de Entre Ríos, Juan José Bahillo, aseguró que “lo que no puedan hacer por cuestiones comerciales, lo van a hacer con barreras fitosanitarias”, por eso llamó a “trabajar de manera conjunta entre el Estado y los productores para garantizar un estatus sanitario sin inconvenientes y en este sentido la provincia está preparada y trabaja de manera muy profesional con los más altos estándares sanitarios junto a Senasa e INTA”.
Más allá de lo que ocurra en los próximos días, a todos los involucrados en la cadena citrícola les importa saber qué va a pasar después del 30 de abril del año próximo. Hasta ahora se sabe que se realizará una nueva auditoría y según Quiroga, “Senasa ya está trabajando con el sector privado y con los organismos de investigación en una revisión del sistema de inspección y certificación, para analizar si existió alguna falla en las revisiones que se realizan a través de los entes sanitarios, así como en las áreas de empaque y finalmente en puerto”.
Paralelamente, desde Cancillería se realizan negociaciones tanto con la Unión Europea como con algunos de los países miembro, para analizar juntos la problemática surgida este año, que califican totalmente fuera de lo normal.