Gregorio Evaristo Leiva ya había sido condenado por violar a su propia hija y dejarla embarazada. Recibió prisión domiciliaria por ser grupo de riesgo de Covid-19 y está obsesionado con la menor.
Sofía tiene 12 años y en las últimas horas se tuvo que ir de su casa a lo de unos familiares porque su vecino, un hombre de 71 años con prisión domiciliaria con abuso, está obsesionado con ella y no deja de acosarla. Ocurrió en la localidad tucumana de Alderetes.
Su familia pide custodia policial para protegerla, ya que al hombre le concedieron prisión domiciliaria debido a que por su avanzada edad es considerado grupo de riesgo por Covid-19.
Sofía está escondida desde ayer en casa de unos familiares, porque el vecino se obsesionó con ella, con ella sola, con nadie más, y no puede salir al jardín, tender la ropa ni andar en rollers.
El vecino tiene 71 años y está condenado por abuso sexual agravado.
Sofía tiene 12. pic.twitter.com/kxDcKRdgHb— ๓คгเคภค г๏๓єг๏ (@MarianaR31) August 27, 2020
Para proteger su identidad, se nombra a la joven como Sofía, a quien Gregorio Evaristo Leiva acosa continuamente, intentando atraerla hacia su casa.
Su madre, que trabaja hasta tarde para poder proveer para el grupo familiar, decidió esconderla en la casa de una tía: “Yo vuelvo tarde de trabajar y ellas están en manos de este tipo, ya radiqué varias denuncias. Fui a Fiscalia, por la pandemia está cerrado. Estoy pidiendo que alguien haga algo porque vivo con el miedo de llegar a casa y encontrar a mi hija violada o muerta”.