El conflicto se libró en 1845 luego de que Juan Manuel de Rosas prohibiera la navegación en ríos interiores de países extranjeros.
Un pescador encontró un fragmento de una antigua cadena que se habría usado en la batalla de la Vuelta de Obligado. Favorecido por la histórica baja que está registrando el Río Paraná, el hombre la descubrió cuando amarraba su embarcación en la playa. Cuando vio unos eslabones oxidados, comenzó a tirar de ellos hasta que no pudo hacerlo más.
Conociendo la posibilidad de que se trate de una de esa batalla, dio aviso a la Prefectura para que indague más sobre el asunto. Mariano Ramos, el arqueólogo a cargo de las investigaciones, explicó que fue encontrada en el borde del agua y no descartó que puedan encontrarse un total de 50 metros de cadenas enterradas debajo del sedimento.
El programa de Arqueología, Historia y Estudios Interdisciplinarios de la Universidad de Luján que dirige Ramos realizó el trabajo que permitió determinar la ubicación de la mayoría de las “estructuras militares” defensivas montadas. Estas se edificaron por orden del comandante Lucio Mansilla en la costa derecha del Río Paraná.
Tres de las cuatro baterías de cañones, el hospital de campaña, el campamento, el terraplén, el depósito de municiones, entre otras cosas, fueron encontradas gracias a ese programa.
Escuchá la nota con José Luis Aguilar, director del Museo Paleontológico de San Pedro, en Radio EME: