El delta del Paraná sigue ardiendo y esta vez el incendio consumió por lo menos la totalidad de dos viviendas en el lugar conocido como Boca de Milonga.
Ocurrió en una zona de familias de pescadores que se quedaron sin nada, y el viento empujó el fuego varios kilómetros hasta la estación de peaje del Puente Rosario Victoria, que fue desalojada.
En Isla Deseada, vecinos, voluntarios e integrantes de organizaciones ambientalistas pelearon a brazo partido con las llamas que llegaron a menos de cien metros de varias construcciones.
Desde la Multisectorial por los Humedales, convocaron a movilizarse hasta el puente Rosario-Victoria y denunciaron la falta de intervención estatal para combatir el fuego. Recién entrada la tarde aparecieron dos aviones hidrantes del Plan Nacional de Manejo de Fuego.
“La situación es terrible, un infierno”, se lamentaba Viviana Botargues mientras junto a sus vecinos intentaba alejar las llamas de su casa. Claramente era una lucha desigual, el viento alentaba las columnas de fuego que alcanzaban más de diez metros, para sofocarlas los vecinos no sumaban más que dos bombas de agua, baldes, palas y algunos martillos y machetes con los que intentaban despejar el terreno.
Según indicaron desde la Multisectorial por los Humedales “varias casas quedaron consumidas por el fuego” y las familias no habían podido rescatar mucho más que lo puesto y algunas redes o aparejos de trabajo.