Como primera escala del gravamen se aplicará una alícuota del 20% que alcanzará a los 0KM cuyo valor sea de $ 2.042.000 o más (el equivalente a 26.600 dólares al cambio de hoy). Mientras, a partir de los 27.400 dólares (modelos a partir de los $ 3.769.745), la alícuota será del 35%.
A partir del 1 de septiembre, los autos de más de $ 2.042.000 de precio al público pagarán impuestos internos tras la actualización de la base imponible que realizará la AFIP. Esto implica que los 0km, desde unos u$s 26.200 al cambio de hoy, quedarán alcanzados por una alícuota del 20% correspondiente a la primer escala de este gravamen. De esta manera, este tributo comenzará a impactar desde el nivel más bajo desde su aplicación. En el último ajuste, regía para vehículos de más de u$s 27.400.
En tanto, la segunda escala tendrá un sobrecargo fiscal de 35% a partir de modelos de un valor de $ 3.769.745, es decir, u$s 48.404. Esto se debe al ajuste de 6,42% correspondiente al trimestre abril, mayo y junio que surge del Sistema de Índices de Precios Mayoristas (SIPM) y que regirá hasta fin de noviembre, según los cálculos que realizan las automotrices.
Este gravamen -considerado impuesto “al lujo”- se viene aplicando desde hace años con distintos niveles de intensidad. Comenzó a tener relevancia en el primer mandato de Cristina Fernández de Kirchner, fue subido a un nivel récord desde el 2014, se atenuó pese a que había anunciado eliminarlo durante la presidencia de Mauricio Macri y volvieron a tener un impacto mayor desde la llega de Alberto Fernández. De hecho, se modificó la forma de cálculo (antes era por la inflación, tal como se estableció en el gobierno de Cambiemos) para pasar a un índice mayorista.
Los importadores aseguran que la suba de la base imponible que se viene realizando en 2020 no alcanza para cubrir el incremento de la inflación como tampoco la devaluación del peso. Hay que tener en cuenta que casi todos los modelos alcanzados por este tributo se rigen por listas de precios en dólares. Lo que provoca este ajuste que no acompaña ni la suba general de los precios ni la del tipo de cambio es que, en la práctica, cada vez más 0km deban tributar. Esta política de castigo fiscal a los autos más caros en su mayoría importados – va en línea con los planes del Gobierno de restringir el ingreso de vehículos del exterior por la falta ee dólares. Esto, como viene publicando Ámbito Financiero desde hace meses, genera menor oferta de vehículos y sobreprecios que se determinan en base a la ley de oferta y demanda.
El valor del 0km alcanzado por este gravamen, tomando su precio de venta de fábrica o importador a concesionaria, es de $ 1.451.300 para la primera escala y de 2.679.323 para la segunda. A esos montos, hay que aplicarle el IVA más el margen comisional. Es por eso que, el precio final es orientativo porque depende de si la concesionaria resigna o no parte de sus ganancias pero en el primero de los casos, al caer en el impuesto, subirá a unos $ 2,5 millones, mientras que en la escala superior llegaría a 5,7 millones con margen completo. En la práctica, el recargo que le aplica el vendedor es de 14% en la franja más baja y se reduce hasta 9.6% a medida que crece el valor del 0km. De ese ingreso, tiene que afrontar todos los costos de la concesionaria (laboral, alquiler, servicios, impuestos y demás). Lo que queda será su rentabilidad.