Un cargamento de nitrato de amonio de 2.750 toneladas fue la causa de la explosión de Beirut.
El primer ministro libanés, Hasan Diab, reveló en una reunión con el presidente de la República, Michel Aoun, que un cargamento de nitrato de amonio de 2.750 toneladas sin custodiar provocó el desastre, aunque se desconoce todavía las razones que llevaron a la explosión del fertilizante.
El cargamento había sido almacenado durante seis años en el puerto sin medidas de seguridad, algo que el mandatario consideró “inaceptable”. Diab reiteró la mañana de este miércoles su promesa de que los responsables de la explosión masiva pagarán el precio, sin comentar la causa.
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Las autoridades no dijeron qué causó el incendio que desencadenó posteriormente la explosión. Una fuente de seguridad y los medios de comunicación, sin embargo, dijeron que comenzó por los trabajos de soldadura que se estaban realizando sobre un agujero en el almacén.
“Es como una zona de guerra. No tengo palabras”, dijo el miércoles el alcalde de Beirut, Jamal Itani, a Reuters mientras inspeccionaba los daños, los cuales estimó que costarían miles de millones de dólares. “Esto es una catástrofe para Beirut y para el Líbano”.
En declaraciones a medios locales, el Gobernador de Beirut, Maruan Abboud, señaló que los daños en la ciudad son enormes, en torno a los 3.000 o 5.000 millones de dólares, y que más de 200.000 personas se han quedado sin casa tras la explosión.
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El primer ministro aprovechó su discurso televisado de la mañana del miércoles para hacer una llamada a todos los países para que brinden ayuda a la pequeña y maltrecha nación (sumida en una crisis económica). La respuesta ha sido extensa: Francia, el Reino Unido, Rusia, Irán, República Checa, Grecia, Dinamarca, Egipto o la vecina Jordania, entre otros países, enviaron refuerzos para las tareas de rescate, habilitaron hospitales u ofrecieron ayuda humanitaria.