Los argentinos nos sentimos tranquilos ahorrando en dólares. Compremos al precio que compremos sabemos que siempre será más barato que mañana o que el mes que viene o que el año próximo. La historia nos condena y nos mantiene alertas.
Ahora bien. Los dólares bajo el colchón o en la caja de seguridad pierden valor porque, si bien mínima, Estados Unidos también tiene inflación. Pero, sobre todo, los billetes guardados pierden oportunidades de ganancias.
La ley primera del inversor debería ser siempre que los ahorros, en dólares o en pesos, estén “trabajando” para acrecentar su capital. ¿Qué alternativas ofrece hoy la Argentina para el pequeño y mediano inversor?
Descartados por el momento los títulos públicos en dólares hasta que el canje de deuda termine de cerrarse por completo y se emitan los nuevos bonos, las alternativas del mercado de capitales pasan por Fondos Comunes de Inversión (FCI) y deuda corporativa. Para los que buscan inversiones más cercanas a la economía real, el real estate en sus diversas formas, encierran actualmente una oportunidad para los tenedores de dólares.
Para inversores de largo plazo que cuenten con dólares, Mauro Cognetta, consultor y asesor financiero, recomienda dos FCI que pueden suscribirse con gestoras locales pero tienen poco y nada de riesgo argentino: Galileo Event Driven y Compass Renta Fija Latam. “El fondo Latam de Compass tiene una larga trayectoria: se creó en 1999 y desde ese momento acumula una rentabilidad promedio de 4,48% anual. Es una alternativa interesante, bastante conservador que invierte en títulos soberanos y de empresas investment grade. No invierte en activos argentinos”.
“El Galileo es un fondo de los que se conocen como high yield, busca un alto rendimiento y por eso hay que aclarar que suele tener alta volatilidad. Es un fondo para estar invertidos a largo plazo, mínimo tres años. Invierte solo en bonos corporativos de países emergentes y desde que nació en al año 2004, tuvo un rendimiento promedio de casi 7% anual, muy atractivo para una inversión en dólares”, desmenuza Cognetta.
Ramiro Marra, director de Bull Market, recomienda también el FCI de Galileo al que puede acceder el inversor a través del supermercado de FCI que tiene Bull Market y agrega otra alternativa: Megainver Renta Fija Dólares que invierte en deuda corporativa, sesgado a bancos y sector agrícola. “Hoy un fondo de bonos corporativos puede rendir entre 5%/6% anual (en dólares) y también se puede complementar la inversión con alguna ON para conseguir hasta un 12% anual, sabiendo seleccionar la compañía”.
Diego Demarchi, gerente de Wealth Management de Balanz, recomienda el FCI Balanz Ahorro Dólar. “Invierte en ON de empresas de primera línea y con una administración muy activa el último mes tuvo un rendimiento aproximado de 2%”.
Para posicionarse fuera de Argentina, la opción de Balanz es el FCI Sudamericano “que invierte en Treasury Bills, bonos soberanos chilenos y brasileños y que en el último mes tuvo un rendimiento aproximado de 0,5%”, detalla Demarchi y recomienda a los inversores mantener un horizonte de mediano plazo.
“Hoy no hay tantas opciones para invertir en dólares como había antes y la deuda publica por un tiempo estará reservada a un perfil muy agresivo, porque son muchas las incógnitas. En el otro extremo, para los muy conservadores existen FCI como el Premier Performance dólares que tiene 25% en activos del exterior y el resto en colocaciones de renta fija. Es muy seguro con bajo rendimiento”, aporta José Ignacio Bano, gerente de Research de InvertirOnline (IOL) y destaca una “perlita” que ofrecen para el perfil conservador: cuenta remunerada en dólares, para estar líquido y esperar la oportunidad de inversión. La gran ventaja de los FCI en general es que permiten a los ahorristas individuales acceder a estrategias de inversión sofisticadas y muy diversificadas con mínimo de entrada muy bajo: apenas 100 dólares.
“El riesgo en un FCI está diversificado y a la vez el inversor puede también dividirlo entre distintas gestoras. Lo ideal es seleccionar los FCI que se ajustan a los objetivos del inversor y quedarse invertido, no estar buscando rentabilidades de corto plazo porque se achica el beneficio”, explica Marra a modo de abecé para el inversor.
Patas reales
Apostar por la economía real también es posible para inversores medianos. Por ejemplo, con menos de US$200 (el mínimo está expresado en pesos y es de $20.000) se puede poner un pie en el negocio agropecuario a través de un fondo de inversión cerrado. Es el caso de ADBlick Granos que lanzó en estos días su segundo tramo. “Una de las grandes ventajas es que el inversor puede incorporarse a proyectos de economía real, a un negocio de gran escala con una inversión minorista”, detalla José Demicheli, CEO de ADBlick y agrega que “la renta del fondo es variable, pero como referencia debemos mencionar que en el primer año fue superior al 10 por ciento”.
Para inversores con algo más de capital para dar el primer paso, el mercado inmobiliario tiene un abanico de opciones. La clave en este sector es apuntar a desarrollos nuevos que puedan sacar ventaja de costos en pesos todavía contenidos y un tipo de cambio en ascenso. “Hay una ventana de oportunidad en este momento para quien cuenta con dólares y puede aplicarlos en el corto plazo a la construcción. Aun en condiciones macroeconómicas adversas los desarrollos tanto de lotes como de viviendas son una opción que defiende muy bien el ahorro”, arranca Jorge Von Grolman, gerente comercial de la desarrolladora Eidico.
“Hoy tenemos el costo de construcción medido en dólares más bajo en décadas y la clave para aprovecharlo es que sean obras en curso o listas para comenzar porque si demora mucho tiempo esta competitividad se va perdiendo por la evolución de la inflación”, describe Carlos Spina, gerente comercial de Argencons. “Para inversores con un anticipo en dólares y 24 cuotas en pesos acabamos de lanzar Quartier del Bajo, donde hay unidades de menos de US$100.000 o unos US$2000 el m2. Para quien prefiera cerrar precio con una compra al contado, Distrito Quartier Puerto Retiro tiene unidades a precios muy competitivos”, postula.
“La construcción y los proyectos de pozo son las opciones más atractivas del mercado pues permiten comprar m2 en zonas de alta demanda a precios por debajo del metro ya construido, lo cual se presenta como una oportunidad única”, explica por su parte Matias Wepfer, director comercial de la desarrolladora Rosbaco & Partners que opera en la zona de Belgrano, Nuñez, Palermo y Colegiales.
“Para este segmento de inversores nuestro proyecto MOOD es la opción ideal. Son unidades de 1 y 2 ambientes entre 35 y 45 m2 promedio, con balcones y amenities”, detalla el ejecutivo. “Es ideal para renta temporaria o primera vivienda y se puede ingresar de forma financiada, con un anticipo del 40% en dólares y saldo hasta en 46 cuotas en pesos”.
Eidico trae a este segmento de inversores una propuesta de casas en Tigre, una de las zonas del conurbano con más crecimiento en los últimos años. “Santa Ana Joven es interesante para quienes cuentan con ahorros en dólares y buscan invertir en algo seguro como son los ladrillos. Se trata de un proyecto de viviendas en Villanueva, muy cerca de Nordelta, al que el inversor puede entrar con un adelanto en dólares y 18 cuotas en pesos ajustadas por CAC”, cuenta Von Grolman. Las casas y departamentos de este desarrollo tienen un valor final promedio de US$100.000 y 100m2 cubiertos promedio con jardines y terrazas propios.
La rentabilidad para el inversor en real estate dependerá de varios factores y también del momento en el que entra a un desarrollo. “En el caso de nuestros emprendimientos el plazo va desde los 12 a los 30 meses y el retorno va desde 25%-40% según en la etapa que compro y vendió”, cuantifica a modo de referencia Wepfer, de Rosbaco.
Fuente: La Nación