El actor pasó el fin de semana en un pueblo de Entre Ríos y aseguran que no cumplió con las normas sanitarias de la pandemia.
Si bien en AMBA se estabilizó la curva y comenzaron a figurar aperturas del rubro gastronómico y la industria textil, entre otros, no sucede así con el resto del país, dado que varias provincias recibieron el coletazo fuerte de la pandemia y otras prohibieron el ingreso de personas que no sean lugareños para evitar contagios. Esto mismo sucedió con Cerrito, un pueblo localizado en Entre Ríos que quedó en llamas con Julián Serrano, luego de que varios vecinos furiosos aseguren que no cumplió con los protocolos sanitarios.
Cabe recordar que el actor pasó la cuarentena en Paraná, su ciudad de origen, pero este fin de semana viajó a un pueblo vecino, que, como tantos otros, no permite el ingreso de gente de otros sitios para evitar que crezca la curva. Es por ello que, en esta ecuación, la presencia del influencer en el pueblo entrerriano, sumado a su incumplimiento de las medidas sanitarias, según aseguran, causó la furia e indignación de los lugareños.
Los vecinos vieron que el influencer se mostró en redes sociales comiendo un sandwich con amigas en un local, sin cumplir con ninguna de las medidas sanitarias como la distancia social o el uso de barbijo. “Es el colmo. Nosotros hace seis meses que estamos encerrados y toda una vida viviendo en el pueblo. Viene gente de afuera, pone un negocio y tiene todos los privilegios; pero vos te tenés que encerrar”, se descargó enojada una vecina por la situación que expuso a todos.
Notificado sobre la furia que se desató en el pueblo, el dueño del local en el que estuvo Serrano comiendo, emitió un comunicado en el que se vio obligado a dar explicaciones y pedir disculpas. “No sabíamos la magnitud del caso y a su vez éramos ajenos a ciertas reglas que se cumplen en el pueblo, ya que sólo nos abocamos a nuestro rubro. Hablamos en el control policial e informamos que vendrían cuatro personas de la ciudad de Paraná, dos de las cuales son encargadas de la publicidad del local. Vinieron a trabajar y acudieron con sus respectivas parejas, porque no saben manejar”, se defendieron desde el comercio.
“No lo informamos a la comunidad ya que no queríamos aglomeración de personas. Sólo tuvieron contacto con una moza del lugar y respetaron los protocolos correspondientes”, dijeron sobre el contacto que tuvo el actor con el resto de las personas presentes en el local gastronómico.
Tal fue el escándalo en el barrio que, José Palacios, intendente de Cerrito, brindó una conferencia de prensa en la que aseguró que desconocían lo que había pasado y dijo: “Me puse en contacto con el subjefe de comisaría a cargo en ese momento y solicité que se realice el procedimiento para que esas personas se retiren del lugar en el que estaban, que no correspondía”.