El jugador quedó bajo la lupa por la utilización de una offshore para invertir un millón de dólares en Uruguay en 2015.
Javier Mascherano es investigado por la justicia de Estados Unidos por la utilización de la sociedad offshore Alenda Investments Ltd, registrada por el jugador en las Islas Vírgenes Británicas, para transferencias bancarias de hasta un millón de dólares que culminaron en inversiones inmobiliarias en Uruguay.
Así lo determinó la Unidad de Delitos Financieros de Estados Unidos – FinCEN Files, por sus siglas en inglés – tras un reporte recibido por actividades sospechosas de la offshore dentro de más de 2.100 informes difundidos por BuzzFeed News y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).
Los movimientos de fondos se registraron a fines de 2015 cuando el dinero salió desde las Islas Vírgenes Británicas hacia Portugal y llegó a Uruguay en una financiera que fue investigada durante el “Lava Jato” barileño.
La primera transferencia de Alenda Investments Ltd se hizo el 4 de diciembre de 2015 por US$260.000 como “gastos personales” de Mascherano. Pocos días después se hicieron otras dos transferencias por US$290.000 cada una y el 8 de enero de 2016 se realizó la cuarta por US$226.477 en concepto de “inversiones“.
La investigación no se centra en los montos de los giros sino en la ruta que siguió el dinero y que, en las cuatro transacciones, fue idéntica: el dinero salió del banco Pershing LLC con destino a una sucursal del Deutsche Bank en Nueva York. De allí se movieron al Novo Banco de Portugal que transfirió el dinero a una sucursal del Bandes en Montevideo.
El asesor de Mascherano, Mariano Aguilar, explicó a medios argentinos que las transferencias se realizaron en el marco de dos inversiones inmobiliarias en Uruguay: la compra de un terreno en José Ignacio que luego se vendió y el edificio que actualmente alquila la embajada de Chile en ese país.