Federación Agraria Argentina (FAA) advirtió que se necesita “un plan porcino desde la producción y para el progreso de todos”.
El debate creciente sobre la posibilidad de grandes inversiones chinas para la producción de cerdos en el país captó el interés de la Federación Agraria Argentina. “Desde que nacimos hace 108 años defendemos a los pequeños y medianos productores y a los agricultores familiares, que dinamizan la economía de pueblos y regiones del país, alimentan a nuestras ciudades y trabajadores y exportan al mundo, generando recursos para toda la nación”, señaló la entidad en un documento.
Desde hace unas semanas, se habla de la posible instalación de 25 megagranjas de 12.000 madres cada una, con el objetivo de abastecer la demanda china. Sin adentrarse en la discusión del proyecto en sí, que “aún en etapa de elaboración y negociación”, la entidad sí consideró oportuno subrayar algunos puntos. “Preferimos que haya muchos productores por provincia o región con módulos más pequeños para producir la cantidad necesaria para satisfacer las expectativas, diseminando productores que den trabajo y arraigo en el interior, antes de que haya solo una mega granja”, señaló.
La producción porcina puede ser clave en el ideal productivo de la federación: la chacra mixta, en donde los productores rotan cultivos y combinan esa actividad con alguna otra producción regional, un tambo, o ganado de diferentes tipos, entre ellos la cría de cerdos. La potencialidad para el desarrollo territorial de este tipo de producción es muy relevante en términos de empleo, mano de obra local, y compra de insumos locales.
Por eso, FAA compartió la convicción de que producir más carne, más proteínas animales de calidad “es uno de los caminos para reactivar la economía argentina”. Y la producción de cerdos, además, puede adaptarse a diferentes entornos y esquemas productivos. “Es decir que coincidimos en que esta actividad puede ayudar a tener más trabajo, más exportación, más oferta en el mercado interno y mejorar la situación de los productores, todo a la vez”, señalaron.
“Son bienvenidas y más que necesarias todas las inversiones, de extranjeros y de argentinos, para aumentar nuestra producción, y en especial, invertir en industria, frigoríficos, rutas e infraestructura necesaria”, indicó la entidad. Y subrayó, en ese sentido, que “sería importante no sólo favorecer la llegada de inversores externos sino también pensar políticas que incentiven al productor interno, o al menos que no lo asfixien”.
Los federados también se refirieron a la necesidad del cuidado ambiental. “Los productores familiares somos actores centrales en este aspecto. Porque producimos donde vivimos, así que lo hacemos con los máximos cuidados y el mayor respeto al medio ambiente. Muchas veces nos preguntamos si quienes vienen de afuera lo hacen con los mismos criterios. Rápidamente respondemos que no. Quienes vivimos en los pueblos cuidamos lo que hacemos”, señalaron.
“Los productores familiares somos actores centrales
Asimismo, explicaron que, más allá de que en estos días el debate sea en porcinos, hay que pensar una estrategia de crecimiento para todas las carnes: bovina, aviar, ovina, porcina y caprina. “Nuestro territorio tiene el potencial para que crezca la producción de todas ellas, mejore la vida de nuestros productores y crezcan y prosperen los pueblos. Sólo tenemos que querer hacerlo. Los productores tenemos las ideas y el potencial de trabajo. Creemos que lo central es que Argentina tenga su propio plan porcino, que pueda dar lugar a las inversiones externas, que tenga foco en la exportación, pero también atienda y haga foco en el mercado interno y el desarrollo territorial”, indicaron.
En ese sentido, la Federación Agraria pidió un plan porcino en el que “todos seamos parte de la discusión, la acción y la solución”, sin limitarse a recibir un proyecto “llave en mano”.
“Le hemos planteado al ministro Basterra y le decimos a los demás funcionarios y a todos los representantes de los distintos partidos que queremos trabajar en un proyecto de apoyo y fomento la producción a pequeña escala, con arraigo, con mano de obra que salga de los jóvenes (y no tanto) de nuestro interior, con formación de grupos cooperativos, incorporación de tecnología, trazabilidad y calidad. Ese debería ser el puntapié inicial. Y luego, una vez logrado esto, habría que discutir qué se hace con la inversión externa y/o qué se le permite hacer y qué no al capital extranjero”, señaló.
Abogó, en esa línea, por una producción de carnes “en todo el territorio y con cientos de miles de productores, chacras, granjas y empleados”, en lugar de un proyecto que “tienda a concentrar la producción y se parezca más a una extracción de recursos naturales antes que al trabajo del suelo con la dedicación que le dan quienes viven en esa tierra y tienen allí sus familias”.
“Queremos tener aliados en el mundo e inversiones internacionales, pero no sólo para salir de una crisis o una coyuntura sino para construir lazos comerciales estables que nos permitan fortalecer nuestras economías y crear más y mejor trabajo en el interior”, indicó la Federación Agraria Argentina. Pero aclaró: “Esto debe ser luego de tener claro qué queremos como país. Hacia dónde vamos y qué buscamos ser. No dejarnos llevar por lo que otros quieran de nuestra producción”.
“Queremos producir y exportar más, venderles a los argentinos, a los americanos, a todos los asiáticos, pero queremos hacerlo desde un proyecto que tenga como prioridad la situación de los productores del campo, el arraigo y la preservación del entramado rural”, señaló.