Netflix anunció que producirá una serie de ficción basada en la vida del fallecido Ayrton Senna, que retratará el lado más humano del legendario triple campeón mundial de la Fórmula 1 brasileño. Más de 26 años después de su muerte, el piloto sigue siendo un ícono para muchos aficionados de la F1, un deporte que marcó por su carisma y su personalidad.
El gigante del streaming informó que producirá una miniserie de ocho episodios -que se grabarán en varias localidades alrededor del mundo- dedicada al piloto brasileño, quien murió en 1994 durante una carrera.
Producida por la empresa brasileña Gullane para Netflix, la miniserie de ficción “cuenta con el apoyo activo de la familia del piloto”, dijo la plataforma de video a demanda en un comunicado. “Es muy especial poder anunciar que contaremos la historia que pocos conocen de él. La familia Senna se compromete a hacer de este proyecto algo totalmente único y sin precedentes”, dijo Viviane Senna, hermana de Ayrton, citada en un comunicado de Netflix.
El rodaje tendrá lugar en la casa donde se crió Ayrton Senna, y arrancará su relato en 1981, cuando el piloto hizo su debut, a los 20 años, en la Fórmula Ford, a menudo considerada como el primer paso para acceder a la F1.
“Así como Senna comenzó su viaje en São Paulo y conquistó el mundo, nos sentimos honrados de llevar su viaje inspirador a todos sus fanáticos, donde sea que estén. Ayrton Senna tiene un legado que se extiende por generaciones y fronteras”, dijo María Ángela de Jesús, directora de producciones originales internacionales de Netflix en Brasil.
Muerte de Ayrton Senna
La miniserie será grabada en inglés y en portugués y contará toda la trayectoria del piloto, incluyendo sus superaciones y los desencuentros que tuvo que enfrentar durante su carrera hasta el momento del trágico accidente que le quitó la vida en el circuito de Imola (Italia) durante el Gran Premio de San Marino el 1 de mayo de 1994.
Senna nació el 12 de marzo de 1960 en Sao Paulo y falleció con apenas 34 años tras perder el control de su automóvil a 300 kilómetros por hora y estrellarse contra el muro cuando completaba la séptima vuelta.
Su adiós fue una conmoción nacional en Brasil, país en el que era uno de los máximos ídolos deportivos y al que dejó huérfano, ya que desde su muerte ningún brasileño volvió ganar un campeonato mundial en la máxima categoría del automovilismo.