“Quiero presentar mi renuncia como embajadora porque no estoy de acuerdo con la actual política de Relaciones Exteriores”, planteó Alicia Castro en una carta que hizo pública hoy. A través de las redes sociales, quien fuera embajadora en Venezuela en tiempos de Hugo Chávez expresó que “el voto de Argentina acompañando la Resolución del Grupo de Lima constituye un dramático giro en nuestra política exterior y no difiere en absoluto de lo que hubiera votado el gobierno de (Mauricio) Macri”.
Además, agregó: “De hecho, el Grupo de Lima fue creado durante la restauración neoliberal por un grupo de gobiernos de extrema derecha, alentados y financiados por los Estados Unidos con dos objetivos explícitos: Promover un “Cambio de Régimen” en Venezuela -con idéntica matriz de los operados por Estados Unidos en Oriente Medio- y desarticular el bloque regional”.
En efecto, el PRO difundió ayer un comunicado de prensa con la firma de Patricia Bullrich y Fulvio Pompeo, donde celebró “que el gobierno de la Argentina haya rectificado su posición y reconocido las violaciones a los derechos humanos en Venezuela, acompañando a nuestros socios del Grupo de Lima y las democracias del mundo en la votación del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en el día de hoy”. También dijeron que “esperamos que los idas y vueltas que se expresaron en diversas señales político-diplomáticas carentes de coherencia durante las últimas semanas, queden definitivamente atrás”.
En una larga misiva, Castro quiso transmitir que tuvo “el honor de participar como diputada y como embajadora del maravilloso proceso de forja de la unidad regional junto a Néstor Kirchner y a CristinaFernández de Kirchner y los líderes progresistas de la región. Y mencionó a Hugo Chávez, Lula da Silva, Fidel Castro, Pepe Mujica, Rafael Correa, Evo Morales, Daniel Ortega. Y se lamentó porque “todo se derrumbó con la llegada de Temer, Macri, Bolsonaro, Lenin Moreno, los golpes de Brasil y Bolivia con la manipulación del Lawfare y las operaciones mediáticas”.
Alicia Castro había sido nominada para reemplazar al diplomático de carrera Ricardo Lagorio, quien había llegado a la Federación Rusa en junio de 2017. Profesional bien considerado por sus colegas, que hizo buena parte de su carrera a la sombra del actual representante en Brasil, Daniel Scioli, el peronista Lagorio está volviendo a Buenos Aires este próximo fin de semana, con lo cual Argentina se queda sin embajador en Moscú.
En su carta, agradeció “al gobierno nacional, en especial a nuestra vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, por haberme honrado con la designación como embajadora en la Federación Rusa”, dejando en evidencia su disgusto con Alberto Fernández, a quien no mencionó.
Y aseguró que tenía planificado su traslado para el mes de abril, pero en marzo, con el plácet concedido por Rusia, inicié el periodo de aislamiento preventivo y obligatorio y “formulé mi solicitud formal al Senado de la Nación para que se postergara el tratamiento de mi pliego en razón de la explosión de la pandemia, que materialmente impide los vuelos a Rusia y a los cinco países en donde tendría concurrencia”. Es decir, niega que el pliego no se haya tratado por pedido del Gobierno, a pesar de los trascendidos en ese sentido que salieron de la Cancillería.
Castro aceptó que “tenemos en consideración que, en un Frente, no todos pensamos igual. Sabemos que hay entre nosotros dirigentes que siempre estuvieron opuestos al socialismo venezolano -sin haber pisado nunca Venezuela- y hasta alguno que celebró la proclamación de Guaidó. Pero confiamos en que, independientemente de las preferencias, el gobierno del Frente de Todos iba a respetar los principios rectores de No intervención en los asuntos internos de otros estados, Resolución Pacífica de las Controversias, y el principio consagrado de Igualdad Jurídica de los Estados”.
Y concluyó con un tajante “el anticolonialismo es, también, un imperativo ético”.