Se trata de un medicamento desarrollado por científicos argentinos de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y del Hospital de Clínicas que también inhibe otros virus.
Científicos argentinos de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y del Hospital de Clínicas están probando un compuesto químico que tiene más de 600 años de antigüedad y podría ser clave para inhibir la entrada del virus al cuerpo: un spray nasal podría frenar la entrada de COVID-19 a través de la nariz. El medicamento evitaría la propagación de la enfermedad en el cuerpo.
Esta semana, los investigadores anunciaron que su estudio arrojó resultados alentadores: pudieron comprobar la acción antiviral de tres formulaciones de aerosol nasal contra el COVID-19. Observaron que el compuesto iota-carragenano inhibió el coronavirus en cultivos de células. El spray nasal se aplica con un vaporizador y funciona como una barrera bloqueando la entrada del virus por el epitelio nasofaríngeo. El estudio fue publicado en la revista médica BioRxiv.
Gracias a múltiples estudios, los científicos comprobaron su capacidad para inhibir diferentes virus como el virus de la gripe B, los tipos de herpes 1 y 2 virus, el virus de inmunodeficiencia humana, el papiloma humano, la gripe A H1N1, el dengue, el rinovirus, la hepatitis A, el enterovirus y algunos coronavirus.
El “musgo irlandés” se encuentra en la estructura celular de algunas algas de la especie Chondrus crispus. La sustancia es conocida como “carragenanos”: son polisacáridos (unión de muchos monosacáridos o azúcares) y son producidos por algunas algas rojas que fueron descubiertas hace más de 600 años en Carraghen, Irlanda. Seis décadas atrás comenzaron a probarse con éxito las propiedades antivirales del carragenano.
El spray nasal cuenta con aprobación del ANMAT. Por el momento, las pruebas continúan y buscarán probar diferentes aerosoles nasales. “Como justamente está descrito que esta medicación es efectiva contra el coronavirus común que produce el resfrío convencional, nos planteamos si podía ser también efectiva para el manejo del COVID-19. Como en la Argentina, al inicio de la pandemia no se podía trabajar con el virus en el país, nos asociamos con un centro de investigación de la Universidad de Tennessee, Estados Unidos, para ver la efectividad del spray que ya estaba disponible y lo probamos contra el virus SARS-CoV-2. Se calculó la misma concentración de medicamento que queda en la cavidad nasal y nasofaringea, cuando uno se aplica el spray de la manera que ya está aprobado por la ANMAT”, dijo Juan Manuel Figueroa, médico neumonólogo, jefe de Neumonología Infantil del Hospital de Clínicas José de San Martín y director clínico del proyecto de Fundación Cassará.
“Las concentraciones que se encuentran activas in vitro contra el SARS-CoV-2 pueden lograrse fácilmente mediante la aplicación de aerosoles nasales ya comercializados en varios países. El xilitol ha demostrado ser viricida por sí solo y la asociación con iota-carragenina también resultó ser beneficiosa”, escribieron los argentinos en el paper publicado en la revista médica.
Los carragenanos actúan como “una barrera eléctrica”. El spray actúa tapizando el epitelio de la nariz, con una especie de gelatina que actúa como barrera para atrapar al virus antes de entrar al organismo o cuando se libera desde una célula recientemente infectada.
“Uno de los principales accesos de las partículas virales del SARS-CoV-2 al cuerpo humano es la vía nasofaríngea. Por esta razón, ser capaz de bloquear farmacológicamente este acceso, especialmente en poblaciones altamente expuestas a infecciones como el personal sanitario, podría ayudar a reducir el número de casos de COVID-19”, sostuvo el Conicet. Osvaldo Uchitel, Itatí Ibáñez, Juan Manuel Figueroa y Diana Jerusalinsky son los investigadores que llevan a cabo los ensayos.
Llevaron a cabo dos ensayos clínicos randomizados a doble ciego: eligieron dos grupos distribuidos al azar y ni los médicos ni los pacientes saben qué están siendo administrados. El spray está siendo probado en mayores de un año y embarazadas y es totalmente inocuo.
El neumonólogo explicó cómo llevaron a cabo los ensayos clínicos: “Se hace la aplicación del spray de acuerdo a lo que está indicado por el prospecto durante 21 días y vemos por un lado cuánto de ese personal se terminó enfermando; y el otro objetivo es ver si se enferman los que se enferman igual -sería difícil que esto tenga una efectividad del 100%- o que por lo menos tengan una enfermedad más leve. Se sabe también que la severidad del enfermo tiene que ver con la cantidad de virus que se multiplica al principio en la cavidad nasal y nasofaringe”.