La pandemia y la cuarentena claramente han impactado en la vida de todos, de una u otra manera
Sabemos que 1 de cada 8 mujeres tendrán Cáncer de Mama en algún momento de su vida. Antecedentes familiares de Cáncer de Mama, Colon, y Próstata aumentan el riesgo de padecer esta enfermedad y a menor edad.
Sin embargo, es una de las enfermedades en las cuales su detección precoz permite una sobrevida de casi el 95%. El control anual, dado por examen físico y estudios complementarios, tales como Mamografía Digital Sintetizada, Ecografía, Resonancia Magnética Nuclear, y punciones, llevan al diagnóstico precoz y, por lo tanto, a un descenso de la mortalidad en un 30%.
Del mismo modo, gracias a los avances en el diagnóstico anatomo-patológico podemos individualizar los tratamientos. No sólo incluye el estudio de las diferentes variables (tamaño tumoral, estado de los ganglios) sino también la evaluación del comportamiento biológico y genético del tumor como receptores hormonales, índice de crecimiento-Ki 67, y respuesta a genes alterados -Her2Neu. Por otra parte, las plataformas genéticas que incluyen datos de pronóstico y predicción, mejorarían otro 20% la sobrevida de pacientes portadoras de Cáncer de Mama.
Este año, la aparición de la pandemia hizo que todos estos avances se transformaran en inexistentes a la hora de mejorar el pronóstico de esta enfermedad. Las consultas no llegaron al 40% de años anteriores, los estudios complementarios no llegaron al 70% y los tratamientos quirúrgicos y sistémicos de pacientes con Cáncer de Mama no llegaron al 25%