Samuel Ingham, abogado de Britney Spears, aseguró que la cantante está incapacitada para acudir ante el tribunal o firmar un documento que exprese sus deseos sobre su custodia y comparó su estado con el de un paciente en coma.
En un movimiento sin precedentes durante los 12 años que la vida pública y privada de la artista ha permanecido bajo control, su abogado Samuel D. Ingham III mencionó por primera vez el apoyo público que los seguidores brindan a la artista para demandar que no se gestione bajo secreto el caso, tal y como demanda su padre, James Spears.
La objeción forma parte de las audiencias que se están llevando a cabo para decidir el futuro legal de la cantante de 38 años de edad, quien en otros documentos ha expresado su “fuerte oposición” a que su padre vuelva a controlar las decisiones de su vida privada y pública.
TMZ informó que hubo una audiencia este miércoles donde el juez comenzó a hacer preguntas sobre si Britney quería un co-conservador de su patrimonio, para trabajar junto a Jamie Spears, su hermana. La actriz de 29 años es ahora administradora de ‘SJB Revocable Trust’, entidad creada en 2004 para proteger el patrimonio de la princesa del pop y para asegurar el futuro económico de sus hijos Sean y Jayden.
El abogado de Britney había estado transmitiendo los sentimientos de Britney sobre la tutela a la corte, y discutieron si todo eso era un rumor inadmisible. El juez le preguntó a Ingham si Britney firmaría una declaración para que hubiera un relato de primera mano de sus sentimientos. Ingham dijo que Britney carecía de la capacidad de firmar una declaración, y la comparó con un paciente en coma. No dijo que estuviera en coma, pero lo usó como ejemplo para demostrar que no era capaz de firmar un documento legal. Ingham dijo que incluso los pacientes en coma pueden tener a sus abogados hablando por ellos.
El cuestionamiento del juez surgió porque Sam Ingham le dijo al juez que Britney no quiere volver a actuar, mientras que Jamie, su hermana, tiene la intención de que ella reanude su carrera. Sin embargo, Britney no pudo afirmar o desmentir esto.
En julio, los tribunales extendieron la tutela legal de Spears hasta febrero de 2021, aunque la autora de Toxic reclamó que la función de control recaiga en manos de una abogada especializada y no de su padre, algo que no supone que Spears renuncie “de ninguna manera a su derecho de solicitar la terminación de la misma”.
A pesar de que el caso despierta gran atención mediática bajo el movimiento “#FreeBritney” (Libertad para Britney), por el que incluso varios manifestantes protestaron en los juzgados de Los Ángeles al calificar la medida de “secuestro”, Spears nunca se había referido explícitamente al mismo.
Todo se remonta al infame año 2007 para la cantante de Stronger, Piece of Me, Me Against the Music, entre otros éxitos, marcado por un comportamiento errático y problemas con las drogas, acrecentados por el acoso de paparazzis tras su divorcio de Kevin Federline y el lanzamiento del disco “Blackout”.
El padre de Spears tuvo un importante rol en aquellos momentos, asumiendo su tutela cuando en 2008 fue ingresada en un psiquiátrico y perdió la custodia de sus hijos.