El Gobierno dispuso hasta el 24 de noviembre el cierre de bares, restaurantes y heladerías desde las 18, en una nueva batería de medidas que busca restringir la circulación de personas sin llegar a una cuarentena generalizada.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, firmó un decreto con nuevas restricciones a las actividades y desplazamientos, entre ellas la obligación del cierre de bares y restaurantes a las 18, ante la suba de los contagios diarios que han marcado en los últimos días los récords desde el inicio de la pandemia, en medio de la segunda ola de casos de coronavirus en el país.
El nuevo decreto, divulgado por los diarios Repubblica, Corriere y La Stampa en versión facsímil, fue firmado a última hora del sábado tras una reunión de Gabinete de la que participaron también, a distancia, los Gobernadores de las 20 regiones del país, informó la cadena RAI.
Las nuevas medidas, que incluyen una “fuerte recomendación” para que no haya desplazamientos internos, se dan en medio de una importante suba de los casos diarios, que pasaron de un promedio de 2.500 al día en la primera semana de octubre a los 19.640 informados este sábado, el número más alto desde el inicio de la pandemia, con los que supera los 500.000 contagios.
El decreto, de 12 artículos, exige además que un mínimo del 75% de las clases del último ciclo de las secundarias, la denominada “escuela superior”, se haga con modalidad a distancia.
Las nuevas disposiciones presentes en el vigésimosegundo decreto firmado por Conte desde el inicio de la pandemia, que estará en vigencia desde mañana, incluyen también el cierre de gimnasios, cines y teatros en toda Italia.
Además, Conte decidió extender hasta el 24 de noviembre la obligación del uso de barbijo en lugares abiertos.
El nuevo decreto del Gobierno nacional se da mientras ya son cinco las regiones con toque de queda nocturno y la cantidad de víctimas desde el inicio de la pandemia alcanza las 37.210 personas.
En tanto, durante la madrugada de hoy decenas de manifestantes de extrema derecha que protestaban contra el toque de queda se enfrentaron a la policía antidisturbios de Roma.
Unos 200 militantes con el rostro cubierto pertenecientes al grupo neofascista Forza Nuova lanzaron proyectiles contra la policía y quemaron contenedores de basura.
Los manifestantes, en la Piazza dei Popolo, en el centro histórico de la capital, esperaron un minuto antes de medianoche para lanzar fuegos artificiales con los colores de la bandera italiana, ponerse pasamontañas y lanzar bengalas y petardos contra la policía.
Siete manifestantes fueron detenidos, y dos policías resultaron heridos, según el diario La Repubblica.