La sequía no solo le pega a los cultivos extensivos de la zona central del país, también ya está afectando a otras producciones, como las intensivas y regionales. Una de ellas es la limonera del noroeste del país.
Allí, el déficit hídrico arrecia y existen zonas o situaciones puntuales en las cuales el estrés es muy
grande y las primera floración del limón ya se perdió y se empiezan a afectar muchos otros procesos en las plantas.
Por su parte, en otras zonas de la región, la mayoría de las plantas se encuentran en plena floración con una gran incertidumbre sobre el futuro de esas inflorescencias y posteriores cuajes.
Se esperan precipitaciones para poder dar continuidad al proceso de fructificación.
En esta región, un 60% de la producción se hace en secano y el resto aplica riego complementario. Sin embargo, con la gravedad de la seca, el riego no alcanza para complementar las deficiencias.
De acuerdo a Pablo Padilla, presidente de ACNOA (Asociación Citrícola del Noroeste Argentino), “el déficit de lluvias en esta época no es extraño. Lo que ocurre es que, normalmente, las precipitaciones de fines de verano e inicios de otoño (entre febrero y mayo) superan los 400 milímetros. De esa manera los perfiles de suelo acumulan suficiente humedad para afrontar los meses secos (junio a septiembre)”, explica el directivo.
Al respecto, agrega que este año, en este período, llovió solo de un 30% a 50% de lo normal y además, de forma torrencial, lo cual lo hace menos aprovechable por la plantación.
A este contexto productivo generado por la falta de precipitaciones, además se agregan extremos térmicos.
“Durante el mes de julio, las plantaciones sufrieron varias horas con registros de temperaturas por debajo de cero lo que también afectó negativamente la futura producción”, señala Padilla.
En este sentido, hay mucha incertidumbre sobre cómo vendrán las condiciones meteorológicas los próximos días en los que ya tuvimos temperaturas superiores a los 35° durante varias horas,
acompañadas de un viento seco y cálido, lo que Padilla lamenta ya que no hizo más que agudizar la situación.
En caso de persistir estas condiciones, sin variaciones, gran parte de la floración principal se perderá, y habrá que esperar las nuevas floraciones, las cuales dependerán de cómo son las nuevas condiciones
de humedad y temperatura.