Las declaraciones de ventas al exterior (DJVE) de subproductos de soja por parte del sector agroexportador iniciaron la semana con un pico de 353.000 toneladas. De esta manera el acumulado desde que entró en vigencia la baja temporal de las retenciones a la soja alcanza las 1,8 millones de toneladas, una cifra poco usual para esta época del año, pero que todavía no está en línea con lo que esperaba el Gobierno con el anuncio de las medidas.
Mientras tanto los productores que aún conservan unas 16,4 millones de toneladas en sus silos, retacean las ventas ante el incremento de la brecha entre el dólar oficial y el blue. Según explica la consultora agropecuaria Fyo, los precios locales continúan creciendo, pero “la oferta de soja sigue sin aparecer ante la incertidumbre económica general y la falta de alternativas para dolarizarse, por lo que el objetivo de la medida adoptada por el Gobierno para aumentar sus reservas se pone en riesgo”.
En tanto, desde el sector detallan que hasta el momento la industria aceitera fue quizás el único sector favorecido directamente por la baja de retenciones, porque en primer término consiguió en paralelo la reinstalación del diferencial de dos puntos a favor de los aceites y harinas y en segundo término aprovechó para liquidar sus existencias durante octubre.
Las estadísticas oficiales explican que a partir de la baja de retenciones, durante el primera semana de entrada en vigencia, los productores vendieron unas 496.000 toneladas, es decir apenas 10% más que la semana previa a los anuncios del Gobierno. Un dato poco alentador teniendo en cuenta que la industria además de liquidar sus stocks debería contar con mayor materia prima para incrementar sus niveles de molienda y así lograr mayores exportaciones y por ende ingreso de divisas.
Justamente sobre este último punto, teniendo en cuenta las DJVE hasta el viernes pasado, el ingreso de divisas hasta el momento seria de u$s720 millones, una cifra que parece ser alentadora, pero teniendo en cuenta el promedio mensual, según los registros de Ciara-Cec, todavía se encuentra bajo la norma.
Es decir, mensualmente las cereales vienen liquidando unos u$s1.600 millones. Teniendo en cuenta estos valores, para lo que resta del año deberían ingresar al menos unos u$s4.800 millones, pero el Gobierno aspira a un número todavía mayor y a esta altura ya reconoce que no lo conseguirá.
En este contexto, como punto a favor se destaca el mayor dinamismo de los envíos de aceite de harina, que lograron de alguna forma romper el círculo vicioso de los últimos dos años en donde reinaba al primarización de las exportaciones, porque a las agroexportadoras les resultaba más rentable enviar el poroto de soja sin procesar.
En el mientras tanto el Gobierno mira atento la evolución de todos estos indicadores en paralelo que intenta apagar la fiebre por el dólar. Las divisas que puede aportar el agro juegan un rol clave porque es prácticamente el único sector que puede proveer dólares frescos en la última recta del año y Guzmán lo sabe.