El cuerpo del joven fue encontrado a más de 100 días de su desaparición y se encontraba en un avanzado estado de descomposición.
La autopsia a Facundo Astudillo Castro confirmó que el joven cuyo cuerpo fue hallado sin vida en una zona pantanosa de cangrejales de Villarino a la vera de la ruta 3 falleció por una asfixia por sumersión, es decir un ahogamiento.
Los resultados del estudio practicado por el equipo argentino de Antropología Forense fueron entregados este jueves a la jueza federal a cargo de investigar qué ocurrió con el joven, María Gabriela Marrón.
“La sumersión (mecanismo asfíctico) es la causa de muerte por obstrucción de la vía aérea por el ingreso de líquidos durante el proceso de respiración bajo el agua, generando el ahogamiento (asfixia mecánica)”, explica el comunicado firmado por la jueza Marrón firmado por casi 20 peritos, entre ellos Virginia Creimer, forense de la querella que actuó en el proceso.
No obstante, el documento habla de una “muerte violenta, por no ser natural” y especifica que debido a su avanzado estado de descomposición la ciencia forense no pudo determinar “con rigor científico si se trató de uno u otro modo de muerte violenta: suicida, homicida o accidental”.
Por otra parte el informe descartó la posibilidad de que el cuerpo haya estado en otro lugar al que fue encontrado “durante el intervalo postmortem”.
Los restos del joven de 22 años fueron hallados en un canal de agua en Villarino Viejo, cerca de Bahía Blanca, en avanzado estado de descomposición –“esquelético”–, semienterrados en la zona del estuario. El cadáver carecía de brazos y de parte de su dentadura.
Al respecto, el documento refiere a dos factores que actuaron sobre el cuerpo. A saber, la acción del medio ambiente y la fauna de la zona, entre las que se encuentra el zorro pampeano o zorro gris, que se cree tomó parte de los restos y los esparció.