La pandemia obligó a mucha gente a quedarse en sus hogares. Un sitio propone “matchear” a quienes estén dispuestos a intercambiar las joyas de sus bibliotecas.
Nacho Damiano vio la necesidad donde todos vieron la urgencia. En tiempos en que el decreto presidencial de aislamiento social por la pandemia de coronavirus obligó a mucha gente a quedarse en sus hogares y a explorar sus mundos “internos” como esparcimiento, él creó una suerte de “Tinder de libros” para conectar a amantes de la literatura con el afán de intercambiar ejemplares.
“Matchear”, en este caso, no es una cuestión de obnubilarse con la tapa, sino de ansiar el texto, la trama. “La pandemia nos obligó a renunciar a los encuentros cara a cara y a valorar de otra manera las relaciones virtuales, que de algún modo atenúan el golpe de la distancia”, explicó Damiano, el artífice de Piladelibros.
“Una de las cosas que más extrañaba era ir a ferias y a librerías de viejo con la esperanza de encontrar ese libro que hace tiempo quiero leer”, señaló, y así surgió la dinámica de su sitio: la persona elige un libro (“uno bueno, tratamos de tomarlo como una recomendación a une amigue, no nos deshacemos de ‘lo que sobra'”) y lo ofrece.
Al mismo tiempo habrá alguien que desee leer ese libro, y que tenga uno para ofrecer en vez. Si ambas personas logran ponerse de acuerdo, hay intercambio.
De más está decir que, pandemia mediante, la cercanía de las bibliotecas es esencial porque no es cuestión de exponer a nadie a un posible contagio de coronavirus.
El primer capítulo de Piladelibros se escribió como un epílogo: Damiano tiene preproducida la segunda temporada del podcast sobre literatura que hace con la cantante mexicana Julieta Venegas, pero “no era lo mismo” grabarlo de manera remota que presencial, así que concentró sus esfuerzos en “generar un contacto entre personas que comparten gustos y pasiones, que a veces viven a diez cuadras pero la inmensidad de las metropólis impide que se crucen”.
Por “metrópolis” entiéndase tanto Buenos Aires como las localidades del resto del país, o sino Santiago de Chile, Madrid, Barcelona y hasta Berlín. Los “matcheos” se pueden dar por libro ofrecido, por libro buscado o por zona de residencia.
Damiano aseguró que el público valora la idea misma de compartir una misma pila de libros, y que “en un momento como el que estamos viviendo, conocer gente con la que compartimos los gustos y las pasiones no es algo menor, eso también suele ser mencionado”.
“Y, por si fuera poco, permite leer libros nuevos aunque el bolsillo no acompañe tanto”, agregó, porque “la idea general del proyecto es que los libros circulen, que cumplan su función: un libro solo es un libro cuando está siendo leído, el resto del tiempo es un amasijo de tinta y papel estacionado en un estante”.