En la foto se puede ver un antes y un después, una muestra más de cómo se vive en Rosario ante la extrema inseguridad.
Por la insoportable inseguridad y ante la permanente falta de respuesta de un sistema colapsado, los dueños de una ferretería de la ciudad decidieron tapar las vidrieras con paredes de ladrillos.
El local quedó completamente amurallado y sólo se mantiene habilitada la puerta de ingreso.
La drástica medida se decidió tras una serie de robos en el último tiempo en el negocio de 27 de Febrero y España: al menos tres casos en el último mes, dos la semana pasada.
Cansados de los robos y las roturas de vidrios, los dueños del comercio decidieron amurallarlo. Cada reparación de un vidrio roto les cuesta no menos de 15 mil pesos.