El Gobierno trabaja en firme en la posibilidad de contar con la vacuna contra el coronavirus antes de fin de año. Se trata de la vacuna rusa, la Sputnik V, que atraviesa exitosamente la última fase de testeos y hoy aparece como la más avanzada. El viernes, luego de un viaje reservado a Moscú, la viceministra de Salud, Carla Vizzotti, remitió a las provincias una circular para que comiencen a pensar en la planificación del operativo de vacunación, que iniciará por el personal de la salud y la población de riesgo, calculada en unos diez millones de personas. En la Casa Rosada imaginaban la concreción de este operativo de vacunación como la mejor plataforma para un vuelta de página de la gestión de Alberto Fernández, justo en el comienzo del año electoral.
En Gobierno no lo confirmaban oficialmente, pero Vizzotti viajó a Rusia invitada por las autoridades para interiorizarse sobre la fabricación y testeo de la vacuna. También viajaron representantes del laboratorio Hlb Pharma, que estarían a cargo de la distribución en el país. La Sputnik ya superó exitosamente las fases 1 y 2 y actualmente está en las pruebas de fase 3, en la que ingresará también Argentina a partir de esta semana. Los funcionarios rusos habrían asegurado que tienen la capacidad de cumplir con la demanda inicial que requeriría 20 millones de dosis, porque es una vacuna que se aplica en dos veces con tres semanas de diferencia una de la otra.
En la buena predisposición rusa seguramente cumplió un papel la fluida relación que la vicepresidenta Cristina Kirchner mantiene desde hace tiempo con el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin. El jueves pasado, la vicepresidenta -junto a Jorge Taiana, que preside la comisión de Relaciones Exteriores del Senado-, recibió en su despacho al embajador ruso Dmitry V. Feoktistov. Uno de los temas del encuentro fue la provisión de la vacuna.
“Yo creo que, sobre fin de año y principio del año que viene, empezaremos a vacunar. Queremos que la vacunación sea muy masiva y gratuita, y que esté disponible lo antes posible”, había adelantado días atrás el ministro de Salud, Ginés González García. En ese momento reiteró que Argentina negociaba con cinco de las vacunas más adelantadas para tenerlas lo antes posible. Pero el viaje de Vizzotti a Rusia dejó en claro que las fichas hoy están puestas en la Sputnik. El viernes, ya de vuelta, la viceministra envió a las provincias un comunicado para que trabajen en la planificación de un plan de vacunación masivo que deberá ejecutarse en unas pocas semanas. Es necesario contar con el personal médico necesario y los lugares adecuados para atender una demanda multitudinaria. En el caso de las provincias más grandes, de millones de personas.
“A partir de esta semana habilitamos la fase 3 aquí. Lo que la diferencia de las demás es que estaría primero, se supone que antes de fin de año. No nos importa si es rusa, china o de donde sea, lo que queremos es que sea lo antes posible”, aseguraban en Gobierno. Además de que, supuestamente, está más avanzada que las demás, en las fases previas la vacuna rusa se mostró efectiva contra la Covid y sin contratiempos de ningún tipo. Le juega en contra cierta opacidad en sus testeos de parte del gobierno ruso, pero fue una buena señal que se la aplicara la hija de Putin. “Todos los científicos hoy aseguran que es la más avanzada y nosotros queremos tener la que esté primero”, marcaban cerca del Presidente.
Una vacuna antes de fin de año sería la noticia más esperada por el Gobierno para dar vuelta la página de un 2020 en que nada resultó como se había imaginado. Igual, cerca del Presidente no creen que sea necesario un “relanzamiento”, como proponen algunos dirigentes del oficialismo, por el desgaste de estos meses de gestión. Sí, en cambio, admiten ya la posibilidad de modificaciones en el gabinete, debido que es notorio que en algunas áreas no se están cumpliendo con los objetivos. Le quitaban dramatismo. “Todos los gobiernos tienen cambios de gabinete, siempre hay funcionarios que no funcionan. El problema fue que se hizo más notorio por culpa del trabajo bajo presión que agregó la pandemia”, explicaban. Uno de los casos más repetidos de quejas por la lentitud en las decisiones es el del Ministerio de Vivienda.
Con estos retoques de gabinete y la vacuna en distribución, el Gobierno aspiraba a encarar el 2021 con otro aire. “La vacuna da un horizonte de salida y la certeza de que aquí no sucederá la segunda ola que ahora está sufriendo Europa, con todos los trastornos que ocasiona”, añadían. Buena parte de la industria ya está funcionando, pero hay sectores que continúan con muchas dificultades. Además, se reactivaría la totalidad del comercio, la gente volvería a las calles y se instalaría -suponen- un clima de optimismo económico. Si el dólar se mantiene como esta última semana bajo control y las negociaciones con el FMI se encaminan positivamente, las posibilidades de un rebote económico aparecían como muy posibles.