El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, indicó que no será obligación vacunarse en ese país. Incluso, dijo que él no se vacunará contra el coronavirus.
Desde que comenzó la pandemia por coronavirus, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dejó en claro su escepticismo sobre los programas de vacunación contra el coronavirus. En las últimas horas, anunció que es poco probable que el Congreso obligara a los brasileños a vacunarse.
A pesar de que el mandatario se infectó en julio, dijo que se vacunará. “No voy a tomarla. Es mi derecho”, dijo. Además, expresó su falta de eficacia del uso de mascarillas, indicando que había pocas pruebas concluyentes de su éxito para frenar la transmisión del virus.
Durante la conferencia, desmintió los dichos que le atribuían a que había dicho que “era una gripeciña”. “No existe un vídeo, o un audio, en el que yo hable de esa manera”, aseguró Bolsonaro. En esa línea, acusó a los medios de tergiversar sus palabras cuando hizo referencia que debido a su pasado como “deportista” no sentiría “casi nada” si diese positivo por COVID-19, o “sería como una gripecita o resfriadito”.
Sin embargo, el Ministerio de Salud de Brasil acordó la compra de 100 millones de dosis de una vacuna desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford.
El jueves, se confirmaron 6.204.220 casos acumulados en ese país. Los últimos contagios diagnosticado fueron 37.614. El país tiene 171.460 muertes, tras sumar otras 691. Pese a estas cifras, el ministro de Salud, Eduardo Pazuello, descartó la posibilidad de que Brasil esté en plena segunda ola porque el aumento de casos y fallecidos se ha dado principalmente en el sureste del país, la región más afectada desde el inicio de la pandemia, en estados como Sao Paulo y Río de Janeiro.