La fotografía se viralizó rápidamente y, a la misma velocidad, fue generando un repudio generalizado en todos los ámbitos: la imagen de tres empleados de la funeraria que brindó el servicio tras la muerte de Diego Armando Maradona posando junto al féretro abierto. Peor aún: uno de ellos, con el pulgar levantado y otro, el más joven, esbozando una pequeña sonrisa.
En medio del escándalo, y luego de que la funeraria Pinier informara que habían sido despedidos, habló Claudio Fernández, el mayor de los tres trabajadores, quien elaboró una leve defensa y pidió perdón a la familia.
“Estábamos acomodando antes de llevarlo, y mi hijo, como todo pibe, levantó el pulgar y sacaron la foto. Pido respeto y perdón a todos. Mirá que hice servicio al papá de Maradona, al cuñado. Estuve con Maradona en vida cerca, no lo hice en vida siendo mi ídolo, no lo voy a hacer de fallecido. No es mi intención. Sé que mucha gente se ha ofendido, lo han tomado mal, sé que molestó“, dijo Fernández.
Claudio Fernández, su hijo Ismael, de 18 años, y Diego Molina, son lo tres empleados que posaron junto al féretro de Diego Maradona, antes de ser trasladado a la Casa Rosada para su velorio.