El neurocirujano que atendió al fallecido ídolo en sus últimos años de vida está imputado por homicidio culposo y declara en los Tribunales de San Isidro de manera espontánea.
El médico de Diego Armando Maradona, Leopoldo Luque, llegó pasadas las 9.10 a los Tribunales de San Isidro para declarar espontáneamente ante los fiscales que investigan las circunstancias en las que se produjo la muerte del astro futbolístico.
Acompañado por su abogado, Julio Rivas, el neurocirujano ingresó al edificio judicial para tomar contacto con los fiscales y el expediente caratulado “homicidio culposo”, en el marco del cual ayer fue allanada su casa y se secuestró documentación sobre la historia clínica del “10”.
Luque, que el domingo se despegó de la responsabilidad sobre los cuidados que se habían montado en la casa del barrio “San Andrés”, en el norte del conurbano bonaerense, llegó pasadas las 8:30 para presentarse espontáneamente.
La presentación del médico se produce un día después de los allanamientos a su casa y su clínica, en procedimientos en los que se secuestraron computadoras, celulares y la historia clínica de Maradona, de 60 años.
La decisión de los operativos, realizados en el barrio porteño de Núñez -la clínica- y el partido bonaerense de Adrogué -el domicilio-, surgió del juez de garantías de San Isidro Orlando Díaz, a partir del pedido de los fiscales actuantes John Broyard, Patricio Ferrari, Cosme Iribarren y Laura Capra.
De esta forma, si bien en un primer momento la causa se caratuló como “averiguación de causales de muerte”, viró hacia un “homicidio culposo”, con Luque como responsable.
Luego de esos procedimientos, Luque brindó su descargo en una conferencia de prensa, donde consideró “injusta” la imputación por homicidio culposo y aclaró que no se “reprocha nada” de su accionar previo a la muerte del ídolo argentino.
Uno de los momentos más importantes del descargo de Luque, fue cuando se refirió a lo que ocurrió el miércoles antes del mediodía en el barrio “San Andrés” de Benavídez, donde Maradona se topó con la muerte. “No hubo error médico. Diego tuvo un evento fortuito, un ataque cardíaco, es lo más común del mundo que termine así en un paciente. Es un hecho que le podía pasar, se hizo todo lo posible para disminuir ese hecho”, aseguró.