La expareja de Diego se acercó hasta la Casa Rosada para darle el último adiós a “Pelusa”, pero no la dejaron pasaron.
Los autos llegaban hasta la Casa Rosada y, poco a poco, los más cercanos a Diego Armando Maradona ingresaban para despedir al Diez, quien falleció este miércoles a los 60 años producto de un paro cardíaco.
Todo transitaba con normalidad y tranquilidad hasta que se presentó cerca de las cuatro de la mañana Rocío Oliva, quien primero estuvo varios minutos en su auto a la espera de una autorización que no llegó, y luego decidió bajar e ir directamente hasta la puerta de la Casa de Gobierno.
Después de estar varios minutos en la puerta y sin tener una respuesta positiva, Rocío Oliva, quien fue pareja de Maradona durante más de seis años, terminó por retirarse entre lágrimas.
“Me dijeron que venga a las 7am con el resto de la gente” dijo frente a la entrada a la prensa. “La decisión para que no entre es de Claudia -Villafañe-” añadió.
“Todo el mundo pasa menos yo”, declaró indignada. “Vine a darle un beso a mi ex pareja, fui la ultima mujer de Diego, nadie entiende eso”, remarcó.
La escena de Oliva dejó en evidencia la difícil situación que atravesó Maradona estos años por las disputas familiares. Para su última pareja, este tipo de hechos “le hacen daño a él”: “No piensan un minuto en Diego”.
Antes de retirarse de la zona de Plaza de Mayo, donde una multitud esperó en fila a lo largo de la madrugada a que se hicieran las seis de la mañana para comenzar a ingresar al velorio abierto al público, Rocío Oliva apuntó hacia la familia de Diego: “Toda la maldad que hacen se paga, así les va a ir a todos”.