Las balas son para todos y no hay ningún tipo de miramientos desde hace rato. Los médicos aseguran, “no estar preparados para atender niños baleados”.
Brian tiene solo dos añitos y recibió un tiro que le ingresó por una piernita y le salió por el abdomen.
Ocurrió cuando estaba con su mamá y la pareja, quienes se metieron en un placard cuando las balas empezaron a perforar su casa de Grandoli y Pasaje 1338, de acuerdo al testimonio de la mujer a las fuerzas de seguridad.
A pesar de preservar la vida del bebé metiéndolo en un ropero, la criatura resultó gravemente herida. Fue llevado en un vehículo particular al Hospital de Niños Zona Norte presentando disparo de arma de fuego ingresado por la zona de muslo y con orificio de salida por abdomen.
Estaba en estado reservado, de acuerdo a lo que comunicaron desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA), pero al momento de producir esta nota su estado era extremadamente crítico.
Siguiendo la crónica de niños baleados. Un grupo de vecinos de la zona oeste concurrió a la seccional de policía sub 22 para denunciar que una niña fue herida por un disparo de arma . Los mismos denunciantes tuvieron que llevarla al policlínico San Martín.
Una bala perdida habría impactado en la menor en una de sus piernas, por lo que tuvo que ser hospitalizada. La niña se encontraba en la vereda y fue trasladada por vecinos en auto particular.
Una cruda realidad que se agrava con el testimonio de Mónica Jurado, directora del hospital de niños Zona Norte de Rosario. El efector no está pensado para atender a menores con heridas de bala. “No estamos preparados para atender niños baleados, estamos para atender niños con enfermedades y poder actuar en función de la enfermedad y devolverle al niño la alegría”, contó Jurado.