La Bolsa de Comercio de Santa Fe (BCSF) y la Sociedad de Quinteros suscribieron un convenio de cooperación para garantizar la Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) en el cinturón verde de la capital provincial, ante la inminente entrada en vigor de una nueva normativa nacional que plantea la obligatoriedad de las mismas en el sector.
Los titulares de ambas entidades, Ulises Mendoza y Guillermo Beckmann, respectivamente, refrendaron el acuerdo que implica la asistencia técnica a casi 300 productores para garantizar la inocuidad de los alimentos en cada eslabón de la cadena hortícola: producción, cosecha y almacenamiento, acondicionamiento y transporte de la mercadería.
Las BPA serán obligatorias desde el próximo 4 de enero, cuando entre en vigencia la Resolución Conjunta N° 5/2018 de las Secretarías de Gobierno, Agroindustria y Salud de la Nación, que aprobó su incorporación al Código Alimentario Argentino (CAA) en la horticultura.
La asistencia técnica de la BCSF estará a cargo de profesionales capacitados en BPA´s frutihortícolas como “Formador de formadores” e “Implementadores de BPA”, avalados por SENASA, INTA y Secretaria de Agroindustria de la Nación. Y, desde la Cámara Arbitral de Cereales (CAC) de la entidad, a través de sus laboratorios, se ofrecerá “una serie de análisis necesarios para asegurar la calidad e inocuidad alimentaria, satisfaciendo las exigencias técnicas de los productores en su obligación de dar cumplimiento a lo establecido por las BPA (análisis de agua, suelo, fertilizantes, enmiendas orgánicas, residuos de pesticidas, metales pesados, etc.)”.
Mauricio Katz, gerente del Laboratorio de Análisis de la CAC, relató a radio EME que el convenio surgió ante el acercamiento de los quinteros ante la inminencia de los cambios normativos. Se contactaron, dijo, “preocupados e interesados en cumplir con la ley que entraba en vigencia”. Así comenzaron las reuniones con los “implementadores de BPA”, el ingeniero agrónomo Maximiliano Esquivel y con el bioquímico Diego Sánchez, responsable de calidad del laboratorio, hasta desembocar tras algunos meses de trabajo en el convenio.
Antes de la firma, contó Katz, se hizo un trabajo de monitoreo con tres productores de la zona “que se tomaron como referencia para hacer análisis de agua, suelo y ver en qué situación están”. Lo que sigue, es “hacer una hoja de ruta para llevar esto adelante”. Si bien el trabajo implica tanto asesoramiento técnico como servicios de análisis, “en principio la idea es educar” a los productores para que lleguen “en un tiempo prudencial” a la implementación de producción con BPA. “Es el esquema que tenemos en la cabeza y que queremos empezar a trabajar”, dijo, y precisó que la ley contempla que los productores deberán analizar agua, suelo y residuos de pesticidas.
Sánchez, magister en calidad de alimentos, definió las BPA como “una serie de instancias que el productor debe cumplir para garantizar una alimentación segura, con sustentabilidad ambiental y en condiciones seguras para los trabajadores”. A partir de las reuniones que vienen realizando con organismos regulatorios y de control, dijo que “hoy no se puede de un día para otro implementar la máxima exigencia; yo entiendo que será algo paulatino, la idea es que sea gradual y no agobie al productor con obligaciones, porque hoy la brecha entre lo que hacen y lo que se debe hacer es bastante grande, entonces se pretende que sea progresivo”.
El técnico indicó que los trabajos con la Sociedad de Quinteros están orientados a achicar esa brecha “lo antes posible, porque el tiempo pasa muy rápido”. Actualmente, añadió, “hay distintos estadíos entre los productores, algunos están muy básicos y otros ya tienen algunos procedimientos y conceptos incorporados”. En tal sentido mencionó que apuntan a iniciar el asesoramiento de quienes aún no hicieron nada y potenciar a los que ya vienen trabajando. “Hay algunos que nunca hicieron un análisis de agua; otros tienen buena calidad pero hacen un mal manejo; están quienes tienen un producto de excelente calidad pero no prestan atención a los canastos”, enumeró. Y agregó que, en muchos casos, son prácticas de bajo costo.