Estudios demostraron que gran parte de la población mundial sufrió en mayor o menor medida algún desvelo debido al confinamiento y al estrés por la nueva enfermedad.
Un relevamiento del impacto psicológico de la pandemia realizado por la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), informó que alrededor del 75% de los participantes presentaron alteraciones del sueño entre los períodos de marzo y octubre.
Las consecuencias tanto físicas como mentales producto del confinamiento a raíz del coronavirus todavía son difíciles de enumerar. Sin embargo, a casi un año desde que se conoció la enfermedad, se fueron llevando a cabo distintas investigaciones para poder abordar las temáticas que van desde trastornos psicológicos, secuelas en la salud física hasta uno de los más importantes en la vida de la población: el sueño.
Otro estudio llevado a cabo en 40 países del cual participaron 3.062 personas y que fue publicado en el Journal of Clinical Sleep Medicine, reveló que el 40% informó una disminución en la calidad del sueño en comparación previo a la crisis del COVID-19. Además, el consumo de pastillas para dormir sin receta aumento en un 20%.
El sueño consolida la memoria y aumenta la plasticidad neuronal. Durante este estado, se liberan hormonas como la de crecimiento, entre otros beneficios. En contraposición, no dormir bien trae consecuencias a corto y a largo plazo. No conciliar el sueño las horas necesarias rompe una cadena de eslabones y lleva a un mal funcionamiento durante el día. Desde lo hormonal hasta lo emocional, todo el organismo se ve afectado.
El insomnio empeoró en las personas que ya lo padecían pero también se agregaron personas que nunca antes lo habían tenido”, aseguró en diálogo con Infobae Alejandro Andersson (MN 65.836), neurólogo y director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires.
¿Qué es el insomnio?
Se define como la dificultad para iniciar el sueño, para mantenerlo o cuando el sueño resulta no reparador, acompañado de algún tipo de deficiencia durante el día. Entonces, al saber esto, se advierte que es algo que probablemente ocurre u ocurrió más de una vez en la vida de las personas, pero que quizás no se le dio la importancia que merece.
El insomnio se asoció en la mayoría de los casos a cuadros de angustia, estrés, ansiedad o incluso depresión. Los cambios de horarios de sueño, los trabajos en horarios rotativos, la llegada del home office impactaron de manera negativa la calidad y continuidad del sueño.
De este modo, este trastorno del sueño se puede manifestar de distintas maneras. Entre las más comunes se encuentran: dificultad para dormir cuando uno se acuesta, múltiples despertares en la noche con fragmentación del sueño y despertarse en el medio de la noche sin poder volver a dormir.
¿Qué no se debe hacer?
- Si la persona se despierta en la madrugada es recomendable no ingerir alimentos porque el organismo es muy primitivo y se acostumbra a comer siempre en el mismo horario
- Evitar las pantallas cuando se despiertan en el momento es importante porque de acuerdo al profesional, la persona va a inhibir el pico de melatonina porque el organismo va a pensar que es de día
- Evitar comidas abundantes antes de ir a dormir
- Establecer y respetar una rutina de sueño de modo a que el organismo se acostumbre a una rutina y a la higiene del sueño
- Si el trastorno del sueño sigue atormentando a la persona, el profesional explicó que es vital acudir a un especialista ya que el insomnio suele ser subestimado pero está demostrado que el impacto en la vida de las personas es negativo