Esta semana volvió a instalarse el misterio en la zona rural de Villa Ocampo, como ya ocurrió en noviembre de 2018, con la reaparición de varios círculos de un verde intenso sobre el pasto de la Escuela Nro 6352 José Hernandez en Campo Yaccuzzi. Nuevamente el fenómeno se produjo dentro de la cancha de fútbol del establecimiento, “pero en distintas ubicaciones”, relató Juan Eliseo Yaccuzzi, quien en su condición de rabdomante además destacó que “dentro de los círculos me marca que hay agua, pero afuera no”.
Dos años atrás, como sucedió ahora, él y su señora -que trabaja en la escuela- se sorprendieron con el hallazgo. Inmediatamente dieron aviso a técnicos de la zona, quienes hicieron algunas pruebas para determinar la causa del “dibujo” en el pasto. La primera hipótesis era que podría tratarse del uso de fertilizante para marcar los círculos. Pero tras un análisis de suelo constataron que no había ninguna diferencia de nutrientes respecto del resto del terreno.
El suceso quedó explicado y desmitificado por Susana Grossi, licenciada en edafología, quien se desempeñó durante muchos años en el laboratorio de suelos y aguas de la Universidad Católica Argentina. “Se llama ‘anillo de las hadas’ o ‘anillo de brujas’ y es un hongo”, sentenció la especialista. “Los hongos desarrollan todo su sistema radicular, que es el micelio, por debajo de la tierra siempre en forma circular; entonces va formando como una cadena y ese anillo que ustedes ven; y como la tierra se llena de nitrógeno, la gramínea que crece encima tiene mejor coloración, actúa como un fertilizante por decirlo así”, explicó.
El proceso -continuó- por lo general culmina con la aparición del fruto del hongo, que “es como un champignon enorme, tiene entre 15 y 20 centímetros de diámetro, blancos inmaculados y, por supuesto, venenosos”, por lo que recomendó no tocarlos y mucho menos ingerirlos. Es más, afirmó que “en la autopista Santa Fe-Rosario permanentemente se forman”.
También aportó un par de datos que explican mejor las apariciones en Villa Ocampo. En primer lugar, que se desarrollan luego de la ocurrencia de precipitaciones, tal como se dieron la semana pasada en la zona. Y, por otra parte, que sólo aparecen en terrenos no alterados o laboreados (como podría ser un lote agrícola), ya que el micelio muere si la tierra es removida. Y es, justamente, en una cancha de fútbol y en el parque de la escuela donde volvieron a desarrollarse, tras una primera aparición dos años atrás.
La edafóloga mencionó que al formarse en círculos a veces sólo se ve una parte y pueden transcurrir años hasta que se cierra. “El hongo se mantiene latente hasta que tiene buenas condiciones para desarrollarse; después de buenas lluvias seguro empiezan a aparecer”.
También explicó que la mayor disponibilidad de nutrientes se genera por más actividad microbiana e incluso la movilidad de la tierra que causa el hongo. “Obviamente tiene un poco más de nitrógeno, quizás en niveles no detectables en laboratorio”, aclaró. Incluso relató que en su casa tiene uno de estos círculos e hizo la prueba de echar fertilizante en otro sector del terreno y no logró el efecto de coloración en el pasto que sí causa el hongo.
“No me produjo una mancha verde como sí se ve en el aro de brujas”, afirmó.
Grossi dijo desconocer el origen del nombre que se da a estos “circulos de hadas” o “de brujas”. Según la bibliografía que cita Wikipedia, estos anillos “ocupaban un lugar importante en la mitología europea, en el que se sostenía que eran puertas a reinos de las hadas, o lugares donde habían bailado hadas, duendes, o brujas” durante la Edad Media. La enciclopedia libre también menciona que “se dice que existe una relación entre el diámetro del anillo con la edad del mismo. Cuanto más grande es el anillo, más edad tiene. Esto debido a que el hongo crece rápidamente y los micelios crecerán en donde está el hongo”.