El golfista cordobés Ángel Cabrera fue detenido por Interpol en un barrio del sur del Río de Janeiro. Estaba prófugo en Estados Unidos pese al pedido de detención por parte de la Interpol pero se le había vencido la visa. Ahora, el Pato debería se extraditado a la Argentina donde en Córdoba será juzgado por las causas de violencia de género contra dos de sus ex parejas.
El Superior Tribunal de Justicia de Córdoba había dictado hace pocos días una resolución que rechazaba dos pedidos de Cabrera. El primero, constituir un Tribunal para que la causa llegue a la cámara Tercera del Crimen y no lo trate la Segunda como hasta ahora. Y el segundo, volver a Córdoba a declarar pero en libertad, cosa que también fue rechazada.
Dos procesos penales lo esperan en la Justicia cordobesa y el defensor de una de las victimas pedirá prisión efectiva, que tiene un máximo de seis años. “Se ha burlado de la Justicia y amenazó constantemente a sus ex parejas. Llegó a decir que se tomaría un vuelo y la mataría, además de cagarse en la Justicia”, le afirmó Carlos Nayi .
En 2014, la orden de detención fue dictada por la Fiscalía de violencia familiar a cargo del doctor Cristian Britos, a lo que se sumó otro pedido realizado hace 121 dias en la justicia de Córdoba porque sigue prófugo. “Se ríe de los jueces y el pedido de captura internacional”, aseveró Nayi.
Para el abogado, Cabrera es una persona violenta y “corre riesgo de cometer cualquier barbaridad”. A lo que agregó: “Está amenazando a las victimas y negándose a entregarse, saquen ustedes sus propias conclusiones”.
Nayi filtró a medios cordobeses hace un mes el contenido de un mensaje que según él le envió a Silvia Rivadero, la madre de sus dos hijos mayores. “Te voy a cagar matando. Me voy a tomar un jet, te voy a cagar matando y me cago en todos los jueces”, habría sido el mensaje.
La denuncia de la mujer fue radicada en la Fiscalía de Violencia Familiar Nº 3, a cargo del fiscal Cristian Griffi. Hace dos años, la Policía debió intervenir en un confuso episodio en la casa de Cabrera, en Villa Allende, ante una denuncia de los vecinos por gritos y peleas con su ex mujer.
También mostró videos donde Cabrera acusaba a Rivadero de ser “una puta” y vestirse mal frente a los hijos. Y que la amenazó para que no mantuviera a Nayi como defensor. “Cabrera me odia a mí, pero este juicio lo vamos a seguir hasta las últimas instancias”, afirmó el abogado.