La cotización de la conocida moneda superó los 34.000 dólares e impulsa a otras divisas digitales, que aprovechan el viento de cola.
El Bitcoin atraviesa un auspicioso presente al que se suman otras criptomonedas, como el Ether de la red Ethereum. En el sector se advierte un efecto contagio aunque hay otras variables que también explican el crecimiento de las distintas divisas.
El fin de semana la cotización del Bitcoin superó por primera vez en su historia el umbral de los 30.000 dólares y llegó a tocar los 34.000. El 16 de diciembre había rebasado los 20.000 dólares, dando cuenta de su carácter “indomable”. En ese orden, Timo Emdem, director de Emden Research, no descartó nuevos récords históricos en el corto plazo.
El Bitcoin no está atado a ningún activo, a ninguna economía nacional, ni a entidades bancarias. Fue creado por una red anónima en 2008, se define por su naturaleza descentralizada y, en consecuencia, su marcha no depende de ninguna institución.
¿Por qué describimos a la divisa digital más famosa como “indomable”? Si bien ahora atraviesa días de gloria, los altibajos son frecuentes. El Bitcoin comenzó el 2017 con una cotización por debajo de los 1.000 dólares, y hacia fines de aquel año su valor se multiplicó por cuatro. En 2018 también sufrió fuertes caídas (se habló de una burbuja reventando) y luego se situó en torno a los 3.000 dólares.
Tendencia alcista
Según indicamos anteriormente, la criptodivisa Ether, también conocida con las siglas “ETH”, superó los 1.000 dólares de valor en el marco de una subida exponencial que se explica por un contagio del Bitcoin, aunque hay otros aspectos que también dan cuenta de ese ascenso.