Según un relevamiento, un 19% de los encuestados asegura que preferiría seguir trabajando siempre desde su hogar, mientras que apenas un 6% sostiene que quisiera trabajar desde la oficina cuando se levanten todas las restricciones por la pandemia.
Un 47% de los argentinos prefiere un formato mixto de oficina y trabajo remoto como formato ideal y permanente cuando pasen los efectos de la pandemia de coronavirus, de acuerdo con una encuesta realizada por la empresa de servicios de recursos humanos Randstad.
En tanto, un 19% asegura que preferiría seguir trabajando siempre desde su hogar, mientras que apenas un 6% sostiene que quisiera trabajar desde la oficina cuando se levanten todas las restricciones por la pandemia.
Las opciones se completan con el 17% que elegiría una opción que le diera flexibilidad para cambiar con libertad sus horarios de trabajo, el 6% que se inclina por un formato que le permita elegir cuándo trabajar desde el hogar, y un restante 5% de los trabajadores argentinos optaría por trabajar de forma remota desde cualquier lugar.
Andrea Ávila, CEO de Randstad para la Argentina y Uruguay, sostuvo que nuestro país “acaba de reglamentar parcialmente una ley de teletrabajo que está más orientada a la regulación que al impulso de esta modalidad laboral de gran potencial”.
“Los resultados de este estudio dan cuenta de la diversidad de preferencias en relación a los formatos de articulación del trabajo que surge por efecto de una mayor deslocalización del trabajo que la experiencia de la pandemia nos deja”, agregó.
El 80% de los encuestados en la Argentina siente que tiene el equipamiento y la tecnología para afrontar la digitalización en su trabajo, a la vez que el 38% de los participantes de la muestra reconoce que le costó mucho aprender las nuevas habilidades demandadas por su trabajo para adaptarse a las exigencias de la pandemia.
Ávila señaló que “las medidas de emergencia implementadas durante 2020 por el Estado y las empresas han buscado sostener el empleo de la mayor cantidad de personas posible, morigerando el impacto de la recesión económica derivada de la abrupta caída de la actividad”.
“Con esto en mente, y de cara a la reconstrucción que tenemos por delante, las expectativas y dudas que expresan los trabajadores serán la materia prima con la que las organizaciones deberán trabajar para fortalecer su cultura y recuperar la moral de su fuerza laboral cuando la pandemia quede definitivamente atrás”, concluyó.