Pese a que ya se quemaron más de más de 328 mil hectáreas, el Delta del Paraná sigue ardiendo.
Lo reveló el Museo de Ciencias Naturales “Antonio Scasso” de San Nicolás al precisar que ya se detectaron 1.168 focos de calor en lo que va del año. Este registro parcial, ya que el mes aún no terminó, es el mayor respecto al mismo mes en los últimos nueve años de incendios en las islas.
Este informe fue consignado a partir del relevamiento que realiza el museo sobre el territorio del Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible en el Delta del Paraná (Piecas – DP).
Sólo en la primera semana de enero del 4 al 10 se detectaron 500 focos con días nublados, con mayor densidad de focos de San Pedro hacia el sur.
Esa situación se da en el marco de una bajante histórica que favoreció a la extensión de la frontera agropecuaria y la explotación inmobiliaria en la zona.
“No tienen la magnitud que hubo entre agosto y octubre del año pasado, pero los focos siguen activos. La verdad que esto es sorprendente porque no pasa de manera habitual”, contó a un medio rosarino el encargado del museo Antonio Scasso, Jorge Liotta.
Para tener una dimensión del fenómeno que jaquea de forma permanente a todo el ecosistema del Delta del Paraná, entre enero y septiembre de 2020 se quemaron 328.995 hectáreas de las 2.300.000 millones que abarca el Piecas-DP, es decir, un 14% de ese tramo que corresponde al Paraná medio y su Delta, según datos del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.
Ese territorio verde está distribuido de la siguiente manera: aproximadamente un 8% corresponde a Santa Fe, un 16% a la provincia de Buenos Aires y el 67% restante a Entre Ríos. Y en el detalle de las áreas quemadas, la provincia entrerriana fue la más devastada con el 86%, seguida por Buenos Aires (8%) y Santa Fe (6%). De ese territorio quemado en Entre Ríos, el 54% porciento corresponde al municipio de Victoria mientras que el 28% restante se ubicó en el centro rural de población de islas de Lechiguanas.