Tras describir una situación sanitaria y hospitalaria dramática, el primer ministro de Inglaterra, Boris Johnson, anunció una nueva cuarentena, la tercera desde que empezó la pandemia, y destacó el avance de la campaña de vacunación con el inicio de la aplicación de las dosis de la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca.
Boris Johnson informó que todas las escuelas y centros educativos de Inglaterra volverán desde mañana al formato remoto, con la excepción de los hijos de trabajadores esenciales y niños de sectores vulnerables.
Además, pidió a toda la sociedad que se quede en sus casas y solo salgan para comprar lo esencial. Los únicos que podrán salir son los llamados trabajadores esenciales o personas que escapan de violencia doméstica.
Según destacó el premier en su discurso a la nación, difundido por todos los canales de televisión, las hospitalizaciones en Inglaterra aumentaron un 30% la semana pasada y los hospitales están una vez más al borde del colapso, por lo que la cuarentena es inevitable.
El 29 de diciembre pasado, el país vivió un récord cuando registró más de 80.000 nuevos contagios en un solo día y luego esa semana un aumento del 20% en el número de muertes. Con más de 75.000 muertes, el Reino Unido es uno de los países de Europa más castigados por el coronavirus.
“Es claro que tenemos que hacer más y hacerlo juntos”, sentenció el premier británico Boris Johnson, antes de intentar matizar las malas noticias respecto a la vuelta de la cuarentena, con la aceleración de la campaña de vacunación de las últimas horas.
Además, con el aumento descontrolado de casos por una nueva variante de coronavirus, el Reino Unido se convirtió en el primer país en sumar a su plan de vacunación la aplicación de la vacuna de la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca.
El país, que ya inoculó a 1 millón de personas con la vacuna de las farmacéuticas estadounidense y alemana de Pfizer y BioNTech -que también fue el primero del mundo en aprobar-, se enfrenta a una nueva ola de contagios desde el descubrimiento en diciembre de una nueva variante del coronavirus entre 40% y 70% más transmisible.
En medio de la curva ascendente de casos y muertos y con la vuelta de medidas más duras, la distribución de la vacuna AstraZeneca/Oxford, más barata y fácil de conservar que la anterior, de la que el país ya encargó 100 millones de dosis, aparecía hoy como el único motivo de esperanza.