El rediseño del transporte urbano de pasajeros con optimización de frecuencias, fusión de recorridos, suspensión de líneas y paradas cada 400 metros ya provocó las primeras reacciones entre diversas vecinales de Rosario.
En varios puntos de la ciudad mostraron su sorpresa al manifestar que no fueron consultadas para instrumentar los cambios y la gran mayoría se quejó por la inseguridad que sufrirán los pasajeros al espaciar los puntos de ascenso a las unidades.
Los cambios se aplicarán en pocas semanas con el objetivo de ajustar un 35 por ciento las frecuencias a partir de la fusión de líneas.
“Retirar líneas es ahorrar plata y tener un sistema inferior. Y si las paradas se ponen cada 4 cuadras se puede llegar más rápido a destino, pero la gente terminará esperando un solo colectivo en vez de varios en una misma parada barrial. No se puede hacer esta locura. Hacer que la gente camine tantas cuadras es terrible en medio de tanta inseguridad”, manifiestan desde las vecinales.
Son numerosas las quejas por de la falta de información previa a las medidas anunciadas y que regirán desde el 25 de enero próximo.
Sergio Copello, titular de la UTA consideró: “Era evidente una reformulación. Las líneas que han sido suprimidas nunca tendrían que haber existido. Eran totalmente deficitarias. Puede haber algún lugar donde el usuario tendrá que caminar una o dos cuadras más. No veo zonas determinadas que hayan sido afectadas”.