“No tengo energía, di todo lo que tenía para salir campeón y no se dio. Mi cabeza ya está en otro lado”, había advertido el delantero hace algunos días en varios medios de comunicación. Incluso Pulga Rodríguez contó en más de una ocasión que si era necesario se quedaría “a dar vueltas alrededor de las canchas”.
Pero la historia cambió. Aunque no sirve demasiado retener a un jugador que se quiere ir, la dirigencia de Colón tomó la decisión de convencer al Pulga de quedarse y lo logró. El delantero tuvo la última reunión con José Vignatti y hablaron de todo, sinceramente y cara a cara.
Admiten que en dicha reunión se limaron algunas asperezas. Pulga entendió que su salida no iba a ser prolija y que seguramente iba a terminar con algunos litigios o bien debía poner el dinero que exigía la directiva sabalera.
Pensándolo en frío, solo quedan cuatro meses de contrato, con un torneo en el medio donde podrá seguir jugando. Esa fue su decisión, continuar en el club, cumplir el contrato firmado y luego irse con buenos términos de un club que lo marcó a fuego.
Un detalle que no es menor es que en la charla el presidente se comprometió a saldar la deuda que hay con el jugador, esto era la herramienta que utilizó para negociar su salida.
En los próximos días Vignatti se sentará nuevamente con Pulga a saldar lo adeudado. Por el momento, Domínguez va a poder contar con Pulga Rodríguez para el nuevo campeonato.