A casi un año de declarada la pandemia de COVID-19, que ya se cobró la vida de más de 2,4 millones personas en todo el mundo, de acuerdo a datos de la Universidad Johns Hopkins, la carrera por lograr la inmunización de la población toma impulso, así como la investigación sobre tratamientos que permitan dar batalla al virus. Las noticias acerca del desarrollo de un aerosol israelí que redujo la infección por coronavirus en un 78% puso nuevamente en escena la carragenina, un medicamento de aplicación por vía nasal aprobado por la ANMAT hace algunos años para el resfrío común que muestra resultados alentadores en la prevención de coronavirus.
En la Argentina, un equipo local investiga el uso de este compuesto desde hace ya varios meses. “La cavidad nasal y la rinofaringe son los sitios de replicación inicial del SARS-CoV-2 y por tanto, un aerosol nasal puede ser una forma de dosificación adecuada para combatir el nuevo virus”, sostuvo un estudio multidisciplinario cuyos datos todavía no fueron publicados en una revista científica internacional; sin embargo, aunque se consideran preliminares, resultan promisorios.
Se trata de un spray nasal sin efectos adversos y de bajo costo, que tiene aprobación en la Argentina desde hace varios años, que mostró la capacidad de reducir en un 80% el riesgo de adquirir el virus causante del COVID-19. Entre los investigadores se encuentra el neumonólogo argentino Juan Manuel Figueroa, jefe de Neumonología Infantil del Hospital de Clínicas José de San Martín, como parte del grupo de Investigación Respiratoria de la Fundación Pablo Cassará, del que es director clínico.