Es una enfermedad de los ojos que genera daños irreversibles en la vista. Es muy importante prevenir la aparición.
El Día Mundial del Glaucoma se conmemora cada 12 de marzo. Es una efeméride instituida e impulsada por la Asociación Mundial del Glaucoma (WGA) y la Asociación Mundial de Pacientes con Glaucoma (WGPA) que se celebra desde 2008.
“El 2 por ciento de la población a partir de los 40 años tiene glaucoma. De ese dos por ciento, en la Argentina sólo la mitad conoce que lo tiene. Se podría decir que por cada paciente que tiene glaucoma, hay otro más que lo desconoce dada que la enfermedad es asintomática”, revela Omar Pistoia (M.N. 66.944), oftalmólogo miembro de la Asociación Argentina de Glaucoma.
Según el experto, es una enfermedad del nervio óptico, asintomática, crónica y progresiva. El principal factor que la desencadena es la presión intraocular elevada, pero no es el único: “Hay pacientes sin una presión elevada que desarrollan glaucoma”.
“Se requiere de determinada alteración del nervio y de determinada alteración funcional que se expresa en el campo visual”, explica Pistoia.
El glaucoma integra un grupo de procesos bien distintos, cuyo resultado final es la muerte de las células ganglionares de la retina que se refleja en la pérdida de las fibras del nervio óptico, que a su vez se manifiestan funcionalmente en la pérdida de campo visual y excavación de la cabeza del nervio óptico.
“Cuando los humanos nacemos, tenemos más o menos un millón trescientas mil a un millón quinientas mil neuronas a nivel del nervio óptico. Existe un fenómeno que se denomina apoptosis: es la muerte celular programada. Se estima que desde que nacemos perdemos un promedio entre 10 mil y 15 mil células ganglionares por año. Es decir que si alguien vivió 50 años, ya perdimos aproximadamente medio millón de neuronas”, detalla el médico.
Cuando la persona se hace un examen oftalmológico, debe medirse la visión para ver si precisa anteojos, pero también debe ser revisado profundamente: tomarse la presión y recibir una evaluación del nervio óptico.
“El glaucoma en los inicios es muy fluctuante en cuanto a la presión ocular. Si hay una alteración a nivel del nervio, el profesional puede sospechar que algo está pasando y se piden un campo visual y otros estudios complementarios”, indica el oftalmólogo.
El glaucoma puede afectar a cualquiera, pero las personas que presentan alguno de estos factores tienen más riesgos de padecerlo:
- Ser mayor de 40 años.
- Tener familiares directos que padecen glaucoma.
- Haber sufrido traumatismos en los ojos.
- Usar o haber usado corticoides (en cualquier formato).
El tratamiento del glaucoma generalmente inicia con medicamentos de uso tópico, es decir, gotas, y debe ser de manera individualizada para cada paciente. También hay tratamientos con láser y cirugía.