A una semana de haber encontrado a M, la nena secuestrada por un cartonero en Villa Lugano, su mamá Estela habló sobre su adicción a la droga. La mujer confesó que consume pasta base hace 25 años. También dijo que llegó a tomar 50 dosis pero ahora solo una.
Durante la entrevista, Estela dijo que no pide ayuda porque tiene la fuerza de su hija que es lo único que necesita para vivir. “A mí no lleva a ningún lado la droga. La uso para limpiar, lavar los platos y listo. Limpieza para limpiar mi casa. Ese es mi consumo. Eso es porque yo lo quise hacer así”, relató. Y continuó: “Yo no pierdo, yo gano para seguir adelante con mi hija”.
Además, la mujer dijo que “siempre priorizó comprar comida para sus hijos y dejar el vicio para un segundo plano”. “Lo principal que necesito es una casa. Si tengo una casa, la pasta base queda afuera”, reconoció.
Por otra parte, la menor de siete años continúa bajo estudios de protocolo en el hospital Garrahan sin el alta médica. En paralelo, el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Gobierno porteño evalúa a su entorno para un eventual regreso de M. a su familia inmediata y extendida, con un cuadro de alta vulnerabilidad marcado por la situación de calle a la vera de la autopista Dellepiane y la adicción a drogas de miembros de su entorno.
El sábado pasado, Carlos Savanz, el hombre acusado por el secuestro, se negó a declarar ante la jueza Fabiana Galetti, a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correcional N° 57.
A la menor no se le realizó la cámara Gesell, una pericia clave en una causa de abuso sexual de menores. Esto se debió a que cuando se hizo la denuncia regía el aislamiento obligatoria debido a la pandemia y ese tipo de peritajes se volvían difíciles de realizar.
El abuso simple de la nena de su familia en Guernica sería el único antecedente formal que aparece en el registro penal de Savanz. Incluso, no tiene entradas en el Servicio Penitenciario Bonaerense y tampoco carga con causas en la Ciudad de Buenos Aires.