Ayer corrió como reguero de pólvora en redes sociales un audio del actual Ministro de Seguridad de la provincia, lleno de insultos, en el que descalificaba con términos racistas a la policía de la provincia (órgano que rige baja la órbita de su propio ministerio) y a los santafesinos en general (él es porteño).
Por Carina Bolatti |Tras la viralización de sus dichos, Marcelo Saín ensayó una explicación, en la que intentó decir que es un audio privado, que tiene más de un año y que estaba dirigido a un alto jefe policial con aspiraciones de ministro.
¿Alcanza? Digo, ¿el ministro puede pensar que es explicación suficiente para los ciudadanos, agobiados por la inseguridad y cansados de reclamar medidas para vivir más tranquilos?
Y si es así, si el ministro entiende que no nos debe más explicaciones, ¿qué dice el gobernador? ¿Y la oposición política dentro de la provincia?
Si es un audio privado, en el que el ministro interpela a un subordinado, ¿el contenido pierde valor? No lo creo. Algún día quienes nos gobiernan, quienes ocupan un lugar de decisión deberán asumir que junto con la responsabilidad que asumen al aceptar el cargo, deben asumir también el compromiso de comportarse como tales, dar el ejemplo y sobre todo, como la vieja frase lo define, “no sólo parecerlo, sino serlo”.
Creo que el ministro Saín es sincero, todo le chupa un …. Lo dijo él, no yo.
Es sincero cuando dice todo lo que dice, no le importamos nada, se define como un ser superior, el juega en primera A, todo el resto no califica. Y no sólo eso, ni siquiera intenta un pedido de disculpas, seguramente los santafesinos no le inspiramos ese tipo de gestos al señor Saín.
Tal vez si la gestión de Marcelo Saín al frente del Ministerio de Seguridad de la provincia fuera brillante, o al menos decorosa, la atención no estaría centrada en sus dichos, sino en los hechos. Pero no lo es y lejos está de serlo.
Me han explicado, es un experto en la materia. Y no lo dudo, pero los resultados no lo demuestran. También me explicaron: el ministro es así, es su personalidad. Entonces en este punto me pregunto: ¿podemos confiar a alguien que piensa así de la policía y de los santafesinos, nuestra seguridad? ¿La de nuestros hijos? ¿La de nuestros bienes?
Necesitamos respuestas, del propio Saín y de quienes lo sostienen en su cargo, por decisión u omisión.