Según un estudio realizado por investigadores del Hospital Mount Sinai, de Estados Unidos, el consumo de carne se asociaría con el aumento de la sibilancia en los niños.
Las sustancias inflamatorias que se encuentran en las carnes rojas se asocian con un aumento en el silbido agudo que se produce al respirar, conocido como sibilancia.
En 2016, un grupo de investigadores franceses publicó en la revista Thorax la conclusión de que comer carne procesada, como por ejemplo, salchichas, jamón o embutidos, puede empeorar los síntomas del asma.
La misma publicación científica saca ahora a la luz otro estudio, llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Medicina de Mount Sinai, en el que muestra que las sustancias presentes en las carnes cocidas se asocian con un aumento de las sibilancias en los niños. Creen que los hábitos alimentarios a temprana edad pueden estar vinculados con este síntoma y ser potencialmente un aporte determinante en el desarrollo futuro de asma.
Los investigadores examinaron a 4.388 niños, de entre 2 y 17 años de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición de Estados Unidos (NHANES, por sus siglas en inglés), de 2003 a 2006. El programa está diseñado para evaluar el estado de salud y nutrición de adultos y niños en Estados Unidos, a través de entrevistas y exámenes.
En el trabajo, se concluye que “los compuestos proinflamatorios, llamados productos finales de glicación avanzada (AGE), son un ejemplo de factores de riesgo dietéticos tempranos que pueden tener amplias implicaciones clínicas y de salud pública para la prevención de la enfermedad inflamatoria de las vías respiratorias”.
“Encontramos que un mayor consumo de AGE dietéticos, que se derivan en gran medida de la ingesta de carnes, se asoció con un mayor riesgo de sibilancias en los niños, independientemente de la calidad general de la dieta o un diagnóstico establecido de asma”, explica Jing Gennie Wang. MD, autor principal del estudio y exbecario de Medicina Pulmonar, Cuidados Intensivos y del Sueño en la Escuela de Medicina Icahn, en Mount Sinai.
“La investigación que identifica los factores dietéticos que influyen en los síntomas respiratorios en los niños es importante, ya que estos riesgos son potencialmente modificables y pueden ayudar a guiar las recomendaciones de salud. Esperamos que nuestros hallazgos informen futuros estudios longitudinales para investigar más a fondo si estos componentes dietéticos específicos juegan un papel en enfermedades de las vías respiratorias infantiles como el asma”, dijo Sonali Bose, coautora y profesora asistente de Medicina Pulmonar, Cuidados Críticos y Sueño y Pediatría en la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai.
“De la misma manera que hay componentes proinflamatorios en la carne y podrían desencadenar sibilancias, también podrían producir obesidad o enfermedad cardiovascular, ya que muchos mediadores de la inflamación son prácticamente los mismos”, explica a Con Bienestar Eduardo Giugno, médico neumonólogo (M.N. 46.436).
El especialista local remarca que manejar solo encuestas, sin examen físico, espirometría ni marcadores, ofrece datos escasos por lo que en este trabajo, no queda claro cómo es que se produce el mecanismo inflamatorio.