No es una de las verduras más convencionales. Sin embargo, juega un rol muy importante en el bienestar del organismo.
El alcaucil es una hortaliza de la misma familia de la lechuga, achicoria y escarola, que se desarrolla y se cultiva bien durante el otoño, invierno y primavera y que, de mayo a noviembre, tiene una oferta aceptable. Sin embargo, no es de las más convencionales ni preferidas en las mesas argentinas. Esta verdura, tan beneficiosa para el organismo, está perdiendo notoriedad en la cocina de las nuevas generaciones, ya que su demanda ha descendido a pesar de ser muy nutritiva.
Pese a que el alcaucil es valorado en el rubro culinario y en las cocinas de grandes espacios gastronómicos del mundo, no es una hortaliza que sea realmente popular. No obstante, sus propiedades son muchas y sumamente recomendadas para la salud.
Es rico en antioxidantes
Un estudio realizado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), posicionó al alcaucil como una de las mejores verduras en lo que respecta a la concentración de antioxidantes, importantes para la protección de las células del envejecimiento prematuro. A su vez, informaron que ayuda a frenar el daño celular producido por el ejercicio.
Aporta muchos nutrientes
Es una de las propiedades más valoradas del alcaucil. Una sola porción cocida de esta verdura otorga más del 20% del valor diario de nutrientes (ácido fólico y vitamina K) recomendado por los especialistas y más del 10% del valor diario recomendado de vitamina C, magnesio, manganeso y potasio.
El ácido fólico, en poca proporción, ha sido relacionado con un mayor riesgo de sufrir depresión y problemas de memoria. Por su parte, el magnesio ayuda a combatir esos cuadros ya que estimula la memoria y la capacidad de aprendizaje. Además, mejora el sueño, sobre todo en las mujeres. También, favorece la producción de colágeno, la absorción de energía y el equilibrio de electrolitos.
La vitamina K ayuda a coagular correctamente la sangre y es necesaria para el normal desarrollo de los huesos. La C es un gran antioxidante y es necesaria para la reparación del ADN, y la producción de colágeno y la función inmunológica. Por último, el potasio es fundamental para la regulación de la presión arterial, la correcta función cardíaca y para evitar contracciones musculares.
Regula la presión arterial
Un estudio publicado en 2021 en la revista Complementary Therapies in Medicine descubrió que las personas con presión arterial alta lograban reducirla de manera significante tras 12 semanas de consumo de alcaucil. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la presión alta aumenta el riesgo de sufrir ataques cardíacos y ACV (accidentes cerebrovasculares).
Es una excelente fuente de fibra
Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, un alcaucil entero y cocido aporta 7 gramos de fibra, es decir, un tercio de la recomendación diaria. La fibra regula la insulina y el azúcar en sangre, además de que ayuda a controlar el peso y es buena para la digestión. Además, fortalece el sistema inmunológico, actúa como antiflamatorio y mejora el ánimo.
El extracto de hoja es bueno para el hígado
Éste sirve para prevenir la enfermedad del hígado graso no alcohólico, una de las causas más comunes de la enfermedad hepática crónica en el mundo. Un estudio publicado en 2018 en Phytotherapy Research, reveló que un grupo de científicos hizo un ensayo con 100 personas con hígado graso diagnosticado por ultrasonido. Los voluntarios fueron elegidos al azar para ingerir 600 mg de extracto de hoja de alcaucil por día o un placebo durante dos meses. Aquellos que consumieron la hortaliza, experimentaron mejoras, incluidos cambios en el tamaño del hígado y marcadores sanguíneos para la salud de este órgano. Además, ayudó a reducir el colesterol total, el LDL y los triglicéridos.