“Uno”

Adolfo Barrios – El tanguero − Uno es un tango de 1943 con letra de Enrique Santos Discépolo y música de Mariano Mores que ha sido interpretado y grabado por numerosas orquestas en todo el mundo. Junto con otros tangos con letra de Discépolo, como Cambalache, Cafetín de Buenos Aires, Yira yira, y Canción Desesperada, goza de un enorme prestigio entre los tangueros.

Se lo considera uno de los llamados “tangos fundamentales”. En opinión del autor de estas líneas, la extraordinaria melodía que le otorgó Mores en la música, hace soslayar un tanto la excelente letra a que nos tiene acostumbrado Discépolo. No creo que exista alguna otra construcción poética y filosóficamás perfecta que decir, sobre la vida y en pocas líneas, que “Uno busca lleno de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias”

La gestación de Uno fue larga.  Mores compuso primero la música, en 1940, mientras que la letra, increíblemente, demandó casi tres años más. Mariano Mores le entregó a Discépolo la partitura de la música de un tango, proponiéndole que le pusiera letra. Durante varios meses, Mores le preguntaba a Discépolo sobre el tango. Y, como siempre le contestaba que la estaba escribiendo, optó por no preguntarle más.  Hasta que un buen día, casi tres años más tarde, en 1943, lo sorprendió con la letra terminada. Ello confirma que los grandes creadores trabajaban muy en serio sus tangos y se pasaban días, semanas y meses pensando y creando, hasta dar con las palabras exactas.

Luego, además de Uno, Mores compuso junto a Discépolo Sin palabras y Cafetín de Buenos Aires, entre otros éxitos.

Originariamente, el tango llevaba por título “Si yo tuviera un corazón”. El título “Uno” llegó por descarte, porque en algún momento también se llamó “Cigarrillos en la oscuridad”.  Finalmente, quedó como lo conocemos. Se dice que el público aprobó ese título, y una de las claves entre la gente y el cantor, era la señal del dedo índice levantado, pidiendo de esa manera que interpretaran Uno.

Fue estrenado en 1943 por Tania, la mujer de Discépolo, y de entrada disfrutó de la aprobación entusiasta del público.

Alguna vez contó Discépolo que esa letra se debió a un especial estado de ánimo que lo afectaba por esos tiempos, y lo llevó a pensar que la gente sería inmensamente más feliz si pudiera no presentir. “Si yo tuviera el corazón, el corazón que di/ Si yo pudiera como ayer, querer sin presentir”.

Aunque Las malas lenguas dicen que el tango narra las vicisitudes de la relación amorosadel autor con Tania, su esposa.

“Pero, Dios te trajo a mi destino

sin pensar que ya es muy tarde

y no sabré cómo quererte…

Déjame que llore

como aquel que sufre en vida

la tortura de llorar su propia muerte…”

 

Entre las recordadas versiones de UNO, se destacan las de Julio Sosa, Alberto Marino, Libertad Lamarque, Abel Córdoba, Jorge Casal.

Y para ilustrar este recuerdo del tango UNO, la versión de Edmundo Rivero con la Orquesta de Héctor Stamponi en 1959.

 

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